POR SUSANA CORDOBA
Definitivamente y sin excepciones, esta afirmación es positiva. Comencemos por decir que el agua se considera esencial e indispensable para la vida, sabemos que podemos subsistir sin alimentos por alrededor de un mes, pero si no ingerimos agua en cinco o seis días perdemos la vida.
El agua no tiene calorías porque no tiene nutrientes (proteínas, carbohidratos, grasas), y por esta razón no puede engordar.
Aunque se mezcle con cualquier tipo de alimento, no engorda, solo se asimilan las calorías de los nutrientes contenidos en el alimento.
Muchas personas piensan que engordarán porque luego de consumir carbohidratos (pan, pastas, arroz, etc.) con agua y sienten un estado de plenitud; lo que pasa es que los carbohidratos tienen la particularidad de absorber líquido y su volumen aumenta y hasta que no se metabolizan tenemos esa sensación. Podemos comprobar esto al dejar arroz hervido en agua, el arroz absorbe el agua y el volumen aumenta. Pero las calorías serán las mismas si lo consumimos solo o con agua.
Engordamos cuando tenemos un balance positivo entre lo que ingerimos y las calorías que gastamos. Si consumimos 2000 calorías y sólo gastamos 1500, tendremos un ahorro de 500, que se almacenarán en forma de grasa; luego de una semana esto se traduce en una libra más de peso. No hay restricción tampoco en la forma o momento del día para consumir agua. Lo que no es recomendable es ofrecerle agua en las comidas a un niño inapetente, o a una persona de la tercera edad que por condiciones de salud tiene los jugos gástricos mermados. En el caso del inapetente, el agua hará que coma menos todavía y en caso del anciano los jugos gástricos escasos se diluirán y harán la digestión más lenta.
Ahora, si tenemos el caso de una persona que sufre de retención de líquidos, no es por el agua sino porque algún órgano o patología podría desencadenar un edema, por ejemplo, problemas renales, hipotiroidismo, etc. Cuando esas patologías son tratadas el edema desaparecerá.
Hasta hace poco se decía que el agua ayudaba a rebajar, basado en la evidencia de que una persona que esté sometida a una dieta para reducir peso y consumiera suficiente agua se notaba que lo hacía con más rapidez que una que solo llevara alimentación especial. Las investigaciones concluían que era debido a que así como el agua elimina toxinas, ayudaba a eliminar las grasas que se iban quemando al llevar una dieta hipocalórica.
Después de investigaciones, se determinó que hace que el metabolismo se eleve hasta en un 30%, por lo que se rebaja más.