El agua ya no es un recurso natural

El agua ya no es un recurso natural

POR DOMINGO ABRÉU COLLADO
Como cualquier embarque de automóviles Peugeot, como un furgón de jeans Levi»s, como un ciento de televisores Sony, o como mil cajas de whisky Chivas Regal, el agua -en las unidades de contención que se establezcan- ha pasado a ser un artículo comercial tan similar a los mencionados que se discute su comercialización en los tratados de comercio internacionales como el ALCA y el TLC.

Lo que nos indica que muy pronto el que no tenga dinero para comprar agua morirá de sed, a menos que llueva y se acueste boca arriba con la boca abierta.

Aunque el derecho al recibo de los servicios básicos incluye el derecho al agua potable, prioridad que todo gobierno en todo país debe satisfacer, va ganando terreno la comercialización del líquido tan vital como natural, a tal punto que las instituciones responsables del suministro de agua como servicio público han dejado el campo abierto a las compañías procesadoras y distribuidoras de agua, las que se han manejado en franca competencia al mejor estilo del «libre comercio» y pujan por el dominio de ríos y manantiales en todo el mundo.

Tratando el tema de la privatización del agua, la organización «Consumers International» da como un hecho el manejo comercial de la misma, sugiriendo apenas el establecimiento de «leyes efectivas de protección al consumidor, instituciones y regulaciones». Pero todos sabemos el vago significado que palabras como «instituciones» y «regulaciones» tienen para los países del tercer mundo, Dominicana incluido, naturalmente.

Previendo la privatización del agua y los puntos naturales de suministro, «Consumers International» sugiere que «donde los gobiernos asuman compromisos bajo el Acuerdo General sobre el comercio de Servicios de deshacerse de los servicios públicos en pos de la liberalización, deben retener el derecho a regularlos». No obstante, como lo antes comentado, dichas regulaciones no resultan más que alternativas políticas clientelistas para establecer enclaves de corrupción, esta vez negociando lo que una vez fue un recurso natural propiedad de todos.

El agua: derecho de los consumidores

«Un creciente movimiento de organizaciones populares, comunitarias y de desarrollo, secundadas por la ONU, defiende el agua como un bien público y un derecho humano inalienable. Desde 1990, la ONU ha emitido 10 declaraciones formales sobre el derecho al agua. El Comentario General de la ONU sobre el Derecho al Agua, incorporado en el 2002 al Parto sobre Derechos Económicos, Sociales y Culturales, afirma que «el agua debe ser considerado como un bien social y cultural, y no primordialmente como un bien económico». El enfoque sobre los derechos humanos articulado por RedVida y otros aliados de Consumers International (CI) indica que ningún consumidor debe carecer de acceso al agua a causa de la pobreza. El agua es valorada como un bien comunitario que debe ser protegido del acaparamiento por parte de las élites económicas.

«El consumidor es el principal afectado en la confrontación paradigmática entre el agua como un derecho humano o como bien económico. Sin embargo, las herramientas para la protección de los derechos del consumidor han estado en gran parte ausentes del escenario. En muchos países, las leyes de protección del consumidor no son aplicadas efectivamente, no existen o no cubren la provisión de servicios públicos. Al igual que la electricidad, el gas y los otros servicios básicos, las redes de agua constituyen un monopolio «natural», porque no es económico construir redes de distribución paralelas. Y como otros monopolios, la distribución del agua debe someterse a estrictas regulaciones, incluso más, debido a la naturaleza vital del recurso. Las reformas en el sector deben ser evaluadas desde el punto de vista de la protección de los consumidores, y pueden mejorarse al promover el concepto de que el agua es un derecho de los consumidores».

El plan de la OMC

La Organización Mundial del Comercio tiene sus ojos puestos en el agua a través de sus miembros en todo el mundo. Parte del plan es promover la «liberalización» del servicio de agua a través del Acuerdo General sobre el Comercio de Servicios (AGCS), cosa esta que es parte de la agenda de discusión del Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA).

Con el agua en sus manos, la Organización Mundial del Comercio y sus miembros tendrían a la humanidad a sus pies rogando por agua a cualquier precio, algunos pagándola sin problemas, pero la mayoría peleando y matando por conseguirla.

En la República Dominicana el negocio del agua potable -principalmente para beber y cocinar- ha crecido en términos incalculables. Las compañías vendedoras de agua se muestran desconfiadas en suministrar datos sobre su crecimiento, mientras que las pequeñas «compañías» que han proliferado sobre camas de pequeñas camionetas se extienden cubriendo espacios cada vez mayores, mientras son cada vez menores los rangos de calidad del agua que ofertan.

A todo esto, las instituciones oficiales de distribución de agua potable (léase CAASD, CORASAAN, etc.) se manejan con cifras nada confiables en relación con la calidad del agua que suministran, la cantidad que procesan y la proyección de alguna posible mejoría del servicio, tanto para la distribución como para el cobro del servicio.

Datos y cifras que se lleva el agua

Las enfermedades transmitidas por el agua matan a más de 5 millones de personas cada año. El cólera, la fiebre tifoidea y la diarrea son transmitidas por agua contaminada. Se puede evitar la mayoría de las muertes con simples prácticas de higiene y el tratamiento del agua.

Las enfermedades diarréicas causan 2.2 millones de muertes cada año, y son la primera causa de mortalidad infantil en las grandes ciudades del mundo. Los parásitos intestinales infectan alrededor del 10% de la población del mundo en desarrollo y pueden provocar desnutrición y anemia.

La malaria, la fiebre amarilla, el dengue, la enfermedad del sueño y la filariasis son transmitidas por mosquitos, moscas tsé-tsé y otros. Más de un millón de personas muere cada año de malaria. La esquistosomiasis (bilharziasis) y el gusano de Guinea, aunque no son fatales, afectan a 200 millones de personas; 20 millones sufren de severas complicaciones.

La ONU estima que para una mejor provisión de agua en el mundo se necesitarían entre 20 y 55 mil millones de dólares. En tanto, los Estados Unidos gastan entre el 2003 y el 2004, 500.000 millones de dólares en armas. Los demás grandes países se gastan en armas, en conjunto, 145 mil millones de dólares en un año.

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