El ahorro de combustible se ha vuelto imprescindible

El ahorro de combustible se ha vuelto imprescindible

POR CARMEN CARVAJAL
La economía dominicana necesitaría generar unos us$750 millones adicionales para cubrir la factura energética, si continúa la tendencia alcista en el precio del petróleo crudo y sus derivados, que lo ha llevado a establecer varios récords en los mercados europeos y norteamericanos.

El alza galopante en los combustibles agudiza la vulnerabilidad de la economía dominicana ante un producto del que es importador neto y que utiliza en demasía para mover todo su aparato productivo, eléctrico y de transporte.

El problema, estima el ingeniero Ramón Flores, deberá ser enfrentado por el gobierno y el pueblo dominicano con un plan masivo de ahorro y cree que es propicio para que las autoridades busquen soluciones a largo plazo, para transformar el sistema de transporte y generación eléctrica, de manera que se reduzca esta vulnerabilidad.

Dos problemas básicos, además de la presión que la factura petrolera puede hacer a la tasa de cambio, están asociados al problema del déficit del sector eléctrico, que parece mayor de lo que se creía en principios, y al gas licuado de petróleo y el subsidio que el gobierno paga a los consumidores no industriales.

Para el ingeniero Flores, el país tiene problemas internos que se agravan considerablemente por el problema externo que supone el petróleo y su cotización por encima de los US$60 el barril, sin visos de que vaya a bajar significativamente en los próximos días.

EL AHORRO

Si bien el problema de la vulnerabilidad dominicana a la situación del petróleo requiere de una solución a largo plazo que pase por la búsqueda de fuentes alternativas, la prospección del subsuelo y la conservación de energía.

Pero estos son planes que sólo puede ejecutarse en el largo plazo, y que el país ha estado posponiendo por décadas, desperdiciando la oportunidad que supone el Acuerdo de San José para cambiar la estructura de generación y transporte para hacerlas menos dependientes del carburante.

Flores explica, sin embargo, que en las condiciones actuales lo único factible es el ahorro, que, afirma, no es tan fácil como parece.

«En primer lugar, el gran consumidor de combustible es el transporte y lejos de ahorro, en ese sector lo que tenemos es importaciones importantes de vehículos y un parque automotriz un poco complejo».

A su juicio, es necesario buscar un mecanismo que impida la utilización de tantos vehículos en el transporte.

Otro factor importante del que se habla es la posible reducción del consumo residencial e industrial. En ambos, el consumo se dirige al gas propano y la energía eléctrica.

En el caso del gas, el subsidio que paga el gobierno a los consumidores residenciales, sin importar su nivel económico, no estimula el ahorro y sí, por el contrario, el consumo. En este caso, como en el de la gasolina, el precio elevado puede ser un factor de ahorro, pero el subsidio opera como freno a los aumentos.

En el caso de la energía eléctrica, quienes la pagan se ven obligados a cumplir con una tarifa excesivamente cara, que los impulsa a ahorrar. Sin embargo, el problema en este sector es que hay un gran número de consumidores, y no precisamente pobres, que no la paga, y, por tanto, no se sienten en ánimo de ahorrar.

«El que se roba la energía no es suficientemente patriota como para ahorrar menos en estos momentos de alza del petróleo», expresa el ingeniero Flores.

Sugirió al gobierno que integre en un equipo técnico a un grupo de profesionales que en los años 80s se formaron y siguen trabajando en el sector, y conocen los problemas, para que comiencen a trabajar en la conservación de la energía.

Si se mantiene la tendencia en el petróleo, no sabremos qué va a pasar y la conservación puede hacerse forzada por la vía del precio, generando inflación y creando un sin fin de distorsiones.

El jueves, el petróleo llegó a superar los US$62 durante la sesión de apertura del mercado de Nueva York, pero ante los temores de que la economía se resintiera por los ataques terroristas de Londres, bajó cerca de un dólar.

Sin embargo, para esa fecha se mantenía por encima de los US$60 y se esperaba que no bajara de ese nivel. Sobre todo, porque los mercados se sentían atemorizados por los efectos que pueda tener la temporada de huracanes sobre los pozos y los transportes que operan en el Golfo de México.

Recientemente el presidente Leonel Fernández trató, en su programa La Agenda del Presidente, el tema del precio del petróleo y habló allí de la estructuración de un Plan Nacional de Ahorro y de planes para el desarrollo de fuentes alternativas y para la exploración petrolera en el subsuelo y la plataforma marina dominicana. Sin embargo, salvo las medidas anunciadas esa noche, para evitar mantener luces y aires acondicionados encendidos en las oficinas vacías, no se han delineado nuevos planes ni se ha definido una estrategia.

El presidente Fernández firmó la semana anterior un acuerdo con su colega venezolano, Hugo Chávez, que permitirá al país financiar a largo plazo y a tasas preferenciales, el excedente de la factura cuando el precio del barril del petróleo supere los US$50.

Sin embargo, no se explicó si el acuerdo entraría en vigencia de inmediato y el país podría optar ya a estas ventajas.

También esta semana la Corporación Financiera Internacional anunció que financiará con US$10 millones una planta eólica que se instalará en la zona turística de Bávaro.

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