El ajo y los resfriados

<SPAN>El ajo y los resfriados</SPAN>

POR ELIZABETH JIMENEZ
El ajo se ha venido utilizando en el mundo entero para combatir resfriados e infecciones.

De hecho es capaz de combatir a muchas bacterias e incluso a determinados virus como los de la gripe. En Rusia no en vano se le denomina «la penicilina rusa».

Esta sabiduría popular ha sido confirmada por numerosísimos estudios que lo han confirmado. La Alicina es uno de sus principales principios activos responsables de sus efectos terapéuticos.

El ajo además purifica las mucosas de los pulmones, nariz y garganta manteniéndolos libres de gérmenes. El ajo colabora además en la mejoría de todas las infecciones.

Durante la primera guerra mundial en muchos hospitales ingleses se solía poner vendas con ajo a los heridos a fin de evitar infecciones.

El ajo es un regalo de la naturaleza ya que es un remedio eficaz y barato. Hay muchas personas que ante el primer síntoma de resfriado o gripe toman varios ajos a lo largo del día. Se corta cada ajo a trocitos y se van tomando como si fueran comprimidos. Algunas personas con el estómago delicado igual no lo toleran, otras observan que si lo toman con algo de comer les sienta mejor.

Lo recomendamos especialmente a aquellas personas con tendencia a infecciones crónicas o cuyo sistema inmune está muy debilitado.

En la cocina mediterránea se usa picado junto al perejil (disminuye el olor a ajo y aporta a la vez mucha vitamina C y minerales) en muchísimos platos y es uno de los secretos de la salud de estos pueblos.

Hoy en día es posible, en la mayoría de los países, encontrar el ajo incluso en comprimidos y cápsulas. Algunas fórmulas incluso están pensadas para que la persona no huela ajo. Esto son formas más sofisticadas y por supuesto más caras. Nosotros nos decantamos siempre por aconsejar el alimento tal cual.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas