Don José León figura entre los empresarios de más admiración y respeto en República Dominicana. Su escaso protagonismo mediático de ninguna manera lo tipifica como un hombre de bajo perfil. Lo que pasa con él es que prefiere hablar con hechos, como los que lo han llevado a crear sólidas y prestigiosas empresas que hacen grandes aportes al Producto Interno Bruto (PIB) y a generar empleos, y no con palabras.

Pero cuando una figura de esas cualidades, con la autoridad moral del presidente de la firma León Jimenes irrumpe en el escenario con algún tipo de recomendación, hay que prestarle atención.

Su preocupación por el camino que transita la nación es uno de los más contundentes llamados de alerta que se hayan formulado. Su señalamiento de que la población está resignada ante el auge de la corrupción y el narcotráfico refleja la magnitud alcanzada por esosflagelos. Con la experiencia que lo han llevado a convertirse en uno de los empresarios más exitosos, León Asencio aconsejó al Gobierno no procurar soluciones unilaterales, sino que sean resultado del consenso de todas las fuerzas políticas y sociales que inciden en la vida nacional.

La más importante de sus recomendaciones, porque es la que más incide en el traumático derrotero que trilla la nación, ha sido la de construir un nuevo modelo económico social, que privilegie la inversión en educación y salud, como base para fomentar empleos estables y de calidad.

La seguridad jurídica y las reglas de juego claras son esenciales para que el sector privado pueda cumplir con su papel de motor del desarrollo económico y social. No pueden los hombres de empresa vivir de sobresalto en sobresalto.

El Gobierno y todos los sectores sociales deben recibir como el más sano y sincero de los consejos el diagnóstico y las soluciones a la realidad nacional que planteó el presidente de la firma León Jimenes en presencia del Presidente de la República, y en un escenario como la Asociación de Industrias de República Dominicana. Habló como un patriota.