El alerta del Banco Mundial

El alerta del Banco Mundial

El Banco Mundial ha dado la clarinada sobre un posible desplome de las economías de los países en desarrollo, arrastrados por la recesión en marcha en las economías de Europa, Estados Unidos y países emergentes como Brasil. El organismo ve que están dadas las condiciones  para una crisis global peor que la del 2008, de la cual ningún país  saldría ileso. Y  ha recortado de manera significativa sus cálculos de crecimiento para varios países y regiones.

 Los países en desarrollo, como el nuestro, parecen haber sorteado con éxito, al menos hasta ahora, la crisis que afecta a Europa y Estados Unidos. Las economías latinoamericanas, y la nuestra entre éstas, cerraron 2011 con vigoroso crecimiento y proyecciones similares para 2012. Sin embargo, esto podría revertirse por el desplome en las grandes economías, y el Banco Mundial llama a estar preparados para lo peor.

Ante estas advertencias del Banco Mundial, muy parecidas a las que ha hecho el FMI, lo prudente es que revisemos las estrategias para corto y mediano plazos y hagamos los reajustes necesarios para prevenir efectos de choque provenientes de las grandes economías, de las cuales dependemos en manera muy significativa por intercambio comercial, créditos y cooperación. Viniendo del Banco Mundial esta  advertencia de crisis, más vale que estemos bien  preparados.

Contra el ruido sin mucho ruido

La ley 287-04 sobre Prevención, Supresión y Limitación de Ruidos Nocivos y Molestos, es más que suficiente para emprender en este país una cruzada contra los ruidos que contaminan el ambiente.

En ese orden, satisface saber que la Procuraduría  de Medio Ambiente se propone someter a la justicia 18 casos de contaminación por ruido detectados hasta la primera quincena de este mes  en el Distrito Nacional y la provincia  Santo Domingo.

Dado que en nuestro país se producen niveles de ruido que superan la media regional, es necesario que Medio Ambiente se emplee a fondo para una campaña permanente contra los ruidos.

Nadie tiene derecho a someter a otros a soportar molestias que invaden la privacidad y perjudican severamente la salud y la calidad de vida.

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