El aliado más firme de Bush quiere que Washington escuche a América Latina

El aliado más firme de Bush quiere que Washington escuche a América Latina

POR ANDY WEBB-VIDAL
Cuando Álvaro Uribe acoja en un almuerzo al presidente George W. Bush en la ciudad caribeña de Cartagena, el presidente colombiano estará rogando porque su huésped no sea interrumpido por las malas noticias de Irak. La visita del señor Bush a Colombia durará solo unas horas, que iluminarán brevemente para América Latina la pantalla del radar de la política exterior norteamericana, dominada por los problemas de un mundo más amplio.

Sin embargo, en términos de cooperación para la seguridad y la geopolítica, podría haber más en juego de lo que pudiera sugerir la duración de la fugaz visita del señor Bush a Colombia, el mayor receptor de ayuda militar estadounidense aparte del Oriente Medio. En América Latina, el derechista señor Uribe es el aliado más firme de Washington en la “guerra contra el terror”, y un elemento muy importante en la batalla contra las drogas.

Colombia produce la mayor parte de la cocaína del mundo. Pero también representa un faro luminoso del respaldo a EEUU en una región que, desde que el señor Bush asumiera el cargo cuatro años atrás, ha visto a políticos moderados de izquierda, como el brasileño Luis Ignacio Lula da Silva alcanzar el poder, y afianzarse a populistas radicales como el venezolano Hugo Chávez.

“Aunque sean solo tres horas, la visita es significativa, porque Bush está demostrando su respaldo a la persona que más lo apoya a él en América Latina”, dice Fernando Cepeda, un analista político en Bogotá.

En el punto número uno del orden del día -dicen los asesores-, estará un llamado del señor Uribe al señor Bush para conseguir apoyo en el Congreso, para lo que Bogotá considera una continuidad esencial del “Plan Colombia”, la ayuda militar de miles de millones de dólares y el programa de ayuda contra el narcotráfico, que termina a finales de 2005.

Desde las elecciones de hace dos años, el señor Uribe y sus fuerzas de seguridad han batallado sin descanso contra los 17,000 miembros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), un grupo considerado como “terrorista” por Washington. Cifras oficiales indican que las políticas del señor Uribe han ayudado a restablecer un cierto nivel de seguridad en Colombia que no se veía en años, y que ha logrado avances en persuadir a los campesinos para que cultiven otros productos alternativos a la coca, la planta que se emplea para producir la cocaína

En los primeros nueve meses de 2004 hubo 1,052 secuestros, 42% menos que un año antes. Durante el mismo periodo, las autoridades confiscaron 123 toneladas de cocaína, 57% más que en el periodo anterior.

Se espera que los legisladores que respaldan al señor Uribe revoquen esta semana una prohibición constitucional sobre la reelección presidencial. Los observadores advierten que la mejoría en la seguridad retrocedería si la ayuda de EEUU se detiene cuando cese el Plan Colombia, aún si el señor Uribe resulta reelegido en 2006.

Para que el señor Uribe pueda obligar a los rebeldes a acudir a la mesa de negociaciones, tendría que mantener sus esfuerzos contra-insurgentes, que actualmente se concentran en el Plan Patriota, la mayor ofensiva militar en la historia de Colombia en muchos años. Sin embargo, algunos expertos también están pidiendo un cambio en la composición de la ayuda.

“Existe un argumento a favor de un punto de vista más balanceado entre la ayuda económica y la militar, que no creo que sea lo que Uribe quiere”, dice Adam Isacson, analista del Centro de Política Internacional. “Conquistar territorios es una cosa y gobernar otra”.

Los analistas están divididos en cuanto a si la FARC está siendo derrotada realmente, como dice el Ejército, o si las guerrillas han establecido una retirada táctica a la selva.

Las formas para acelerar las conversaciones encaminadas a un acuerdo de comercio entre EEUU y Colombia, que está incluido en unas negociaciones con Ecuador y Perú, también se espera que sea tema de análisis entre los presidentes Bush y Uribe. EEUU está buscando acuerdos bilaterales con países como Colombia, como un apoyo para un acuerdo continental de libre comercio, mientras se ha ido disipando el respaldo [en la región] y China se apresura para asegurarse aperturas al comercio y las inversiones en América Latina.

También se espera forme parte de la agenda el tema de cómo EEUU y Colombia deberían abordar la relación con el señor Chávez, el  presidente militarista de Venezuela y controlador del quinto exportador mundial de petróleo. El ejército colombiano está preocupado por los planes armamentistas del señor Chávez, que incluyen docenas de helicópteros rusos y aviones de combate MIG-29, así como lo que dicen son pruebas del apoyo tácito de Venezuela a las FARC. El señor Chávez, quien niega el respaldo a las FARC, está tratando de construir un oleoducto a través de Colombia, para exportar a China el petróleo que embarca actualmente hacia EEUU. 

“En unos dos años, el potencial militar de Venezuela será muy superior al nuestro. Necesitamos el apoyo de EEUU como un freno” dijo un coronel del ejército de Colombia.

Después de la primera elección del señor Bush en 2000, el presidente realizó su primera visita a México, y avivó las esperanzas de que América Latina sería escuchada por Washington. Sin embargo, esas expectativas fueron borradas por los ataques del 11 de septiembre. El señor Uribe espera que después de hoy la historia no se repita.

TRADUCCION: IVAN PEREZ CARRION

Publicaciones Relacionadas