Estudios recientes en Estados Unidos reportan que más de la mitad de los encuestados tiene la percepción de que por la alta y sostenida inflación, en junio marcó 9.1%, máximo en 41 años, la economía se desliza hacia una recesión prolongada.
Para la Reserva Federal estadounidense la inflación debe enfrentarse antes de que sea persistente, sin importar que la economía entrara en “recesión técnica”. Definición que está en revisión, porque si el PIB real se contrajo 0.2% en abril-junio comparado con el trimestre anterior, o 0.9% sobre una base anualizada, y en el primer trimestre 0.4% y 1.4%, respectivamente, se debió perder empleos, pero sucedió lo contrario, el mercado laboral de Estados Unidos anda por sendero diferente, la tasa de desempleo se redujo de 3.9% a 3.6%.
El pasado miércoles encareció el crédito, subió el tipo de interés en 0.75 puntos para situar el precio del dinero en 2.5% anual.
Desde marzo, cuando aumentó 0.25 puntos, acumula 225 puntos básicos, lo que no se veía desde los primeros años de los ochenta.
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También por la elevada inflación en la eurozona, el Banco Central Europeo subió los tipos de interés en medio punto porcentual el pasado jueves, hasta 0.50%, la primera vez desde hace once años.
En lo que sigue evalúo el efecto en nuestra economía del aumento acumulativo de los intereses en Estados Unidos.
Como la Reserva Federal apoyaba la tesis, que ahora abandona, de que la inflación era transitoria y bajas las expectativas a largo plazo, comenzó tarde el proceso de normalización de su política monetaria.
A diferencia de nuestro Banco Central, que lo inició en el último trimestre de 2021, acumulando un incremento de su tasa de política monetaria de 425 puntos básicos, de 3.00% a 7.25% anual, lo que combinó con operaciones de mercado abierto para reducir el excedente de liquidez en el sistema financiero.
Es decir, mientras la Reserva Federal tiene acumulado un aumento de 225 puntos básicos, nuestro Banco Central casi lo duplica. Se suma que en esta ocasión los inversores extranjeros tenían computado, lo esperaban, el aumento de los tipos de interés en Estados Unidos.
Por ambas razones, el movimiento de la pasada semana de la Reserva Federal no incentiva, pero tampoco desincentiva, el flujo de inversión extranjera directa para proyectos reproductivos y compra de activos financieros dominicanos. Dicho con otras palabras, como se mantiene igual el diferencial de incentivo para ahorrar e invertir en nuestro país, comparado con Estados Unidos y otras economías de la región, no cambia el ingreso de divisas que esperamos por esos conceptos para 2022 y 2023.
El alza de los tipos de interés por parte de la Reserva Federal tiende a apreciar el dólar frente a las demás divisas, de manera particular encarece la factura petrolera al necesitarse más divisas para comprar un dólar. Es lo contrario en República Dominicana, para comprar un dólar se necesitan menos pesos, porque nuestra moneda se apreció alrededor de 5% por el extraordinario ingreso de divisas en enero-junio. Es decir, disponemos de un importante contrapeso.
Dicho de otra manera, la apreciación del peso frente al dólar en el mercado local, por lo menos en un 5% contrarresta los efectos de la apreciación del dólar en el mercado internacional.