Que suba el precio del combustible resulta inflacionario: lo es como un insumo por el lado de los costos de producción (industriales, agrícolas, del acarreo y la distribución de bienes), pero es directamente inflación, por definición,  al subir el gasto de la gente en transporte (un componente de la “canasta familiar”).

Distingamos, pues, la diferencia: si suben los precios de bienes y servicios de consumo, eso es inflación… que suban los precios de las materias primas o insumos para producir o distribuir, eso es inflacionario, pues incitan los costos hacia el alza y estos a los precios.

A nadie le extraña que cuando se encarece la harina, el pan suba de precio; lo mismo pasa con los carros si se aumentan los impuestos.

Nunca he escuchado una voz protestando por aumento de precios así tan obviamente justificados; hacerlo no sería una crítica a la inflación, sino a la política que lo propicia.

En el mundo empresarial, en el argot de los negocios, mayores costos y mayores precios son hermanitos entrelazados.

Lo uno está automáticamente ligado a lo otro: salvo que se sacrifiquen las ganancias. Y en el capitalismo, también por definición, esos vocablos no encajan.

Nadie, ni mucho menos los empresarios, duda un minuto en “inflacionar” cuando cualquiera de sus partidas se encarece: es lo más natural.

Pero ¿Qué pasa cuando esa partida es la mano de obra, esa que permite que todos los demás componentes operen en armonía y resulten en producción y beneficios? Que el real impacto inflacionario de un aumento salarial, tan natural y aceptable en todos los demás casos, se torna insoportable, mortal casi.

¿Qué persigo con este artículo?  Que se descontinúe la “perogrullada” de negar aumentos salariales dizque por inflacionarios; es obvio que lo es, todos los son. El alto o bajo impacto dependerá de políticas complementarias.  Pero semejante razonar no es suficiente motivo para negarle al trabajo mejorías necesarias (que hasta podrían contribuir aumentando la productividad), pues con ese argumento jamás deberían aumentarse ni un ápice esas remuneraciones; busquemos otros argumentos válidos (que bien podría haberlos).

A nadie se le ocurre que dejemos de comer porque nos puede hacer daño: este riesgo hay que correrlo, porque lo contrario sería morirnos.

¿Lo irónico?   En la economía del mundo la mejoraría salarial es la única inflación que beneficia directamente al recurso humano en el mundo productivo y comercial. Pero será enfrentada siempre que el sindicalismo sea un mero espejismo, a menudo más “amarillo” que la yema del huevo.

Las claves

1.  Inflación

Si suben los precios de bienes y servicios de consumo, eso es inflación.

2.  Materias primas

Que suban los precios de las materias primas o insumos para producir o distribuir, eso es inflacionario, pues incitan los costos hacia el alza y estos a los precios.

3.  Costos

En el mundo empresarial, en el argot de los negocios, mayores costos y mayores precios son hermanitos entrelazados.