El Alzheimer, el Exelón y la modernidad

El Alzheimer, el Exelón y la modernidad

JOSÉ SILIÉ RUIZ
La ciudad de Miami, Florida, fue el escenario la pasada semana del “Encuentro de Ponentes en Neurociencias, 2008”. En la oportunidad participamos junto a otros 200 neurólogos, en una jornada científica llevada a cabo en el Hotel Hyatt, con el auspicio de los Laboratorios Novartis.

En este encuentro platicamos sobre lo más modernos y actualizado sobre el Parkinson y la Enfermedad de Alzheimer, en particular sobre lo más novedoso en su terapéutica, que es el uso de un “parche” dérmico, que sustituirá la toma de cápsulas orales.

Nos correspondió el alto honor de representar nuestro país en la novísima discusión de estos dos temas que son para nosotros de particular interés, con expertos de Europa y Estados Unidos. En este “conversatorio” dominical, trataremos en primera instancia el tema de las demencias. La enfermedad de Alzheimer es una enfermedad degenerativa y progresiva del cerebro, siendo la forma de demencia más común y hoy la padecen más de 27 millones de personas en el mundo.

Es sabido por el gran público, que se caracteriza por una importante alteración de la memoria reciente, gran disminución de las habilidades de integración social, compromisos graves en la orientación, el lenguaje, los juicios abstractos, el manejo de la cotidianidad, en fin, un deterioro cerebral progresivo, que “desconecta” al paciente de toda su individualidad y de todo aquello que nos hace ser un ente social, borrándonos cruelmente la memoria.

Una de las “desgracias” de la enfermedad, es lo difícil que se hace su manejo de parte de los familiares y seres queridos, pues en nuestro medio más del 80% de los cuidados los proveen directamente de los familiares del enfermo, los que en algunas ocasiones tienen edades similares o quizás más edad que el propio paciente. Lo doloroso del caso es que más del 60% de los cuidadores pueden padecer de problemas “nerviosos” durante el trascurso de la enfermedad, llegando en ocasiones al síndrome de “Burn-out” (derrumbe emocional) y la severa depresión, por el sufrimiento y el gran estrés que significa manejar un familiar con esta enfermedad.

Durante el symposium de Miami discutimos el estudio IDEAL (Investigation of Trandermal Exelón in Alzheimer’s disease). El estudio multicéntrico incluyó diez países, entre ellos varios latinoamericanos. Este estudio trata del uso de una nueva forma en la terapéutica de la enfermedad, el Exelón en parche. La rivastigmina, que es la sustancia activa del medicamento, se usa en la actualidad en cápsula o de forma líquida desde el 1997. En nuestra experiencia particular, podemos dar fe de la gran utilidad del Exelón. Se enfatizó en este encuentro, lo que hace tiempo nosotros pregonamos: la importancia del diagnóstico a tiempo, y los beneficios del manejo medicamentoso temprano.

Esta medicación es el único inhibidor dual de la “colinesterasa”. En verdad, la enfermedad lo que produce es una degeneración de las estructuras protéicas de las neuronas, haciendo que se hagan inefectivas ante el estimulo de un neurotransmisor que tiene mucho que ver con la organización del pensamiento lógico. Esa sustancia se llama “acetilcolina”, la que participa del juicio y la memoria. La medicación logra que se mantengan elevados los niveles de la buena aceticolina, impidiendo su degradación.

Pero la novedad como noticia médica del reciente viaje a Miami es que ya se dispone del Exelón en “un parche”, para ser usado en la piel. Sabido es que por la misma enfermedad, en ocasiones se hace difícil poder controlar adecuadamente la toma oral en los pacientes afectados. De acuerdo a los resultados de este estudio “Ideal”, la acción del emplasto es más efectiva, y con menos efectos secundarios en todos los órdenes que la actual medicación oral. Es decir que muy pronto estará disponible en el país esta nueva forma de terapia contra el Alzheimer. Esto permitirá un mejor control en su terapéutica. Enhorabuena para los pacientes y los familiares, y de igual forma para nosotros los neurólogos, psiquiatras y geriatras, pues es a quienes nos toca ofertarles a ellos, un poco de “calidad de vida”.

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