Hace dos días finalizó “La Conferencia de la Asociación de Alzheimer, 2011”, que tuvo lugar en París durante esta semana. Se llevó a cabo en el Palacio de Congresos de la Puerta de Versalles, desde el domingo pasado.

En la oportunidad estuvimos en la hermosa Francia invitados por los laboratorios Novartis, a nombre de la más moderna terapia contra la enfermedad, el Exelón.  Donde se discutieron las más avanzadas investigaciones mundiales sobre el tema de la forma más común de demencia, la demencia tipo Alzheimer. En el evento parisino dos cosas me llenaron de gran orgullo: la primera fue que al inicio de la jornada científica, en uno de los sumarios de las memorias del Congreso se leía una cita de la Dra. Daisy Acosta, psicogeriatra dominicana,  quien es la Directora de la Asociación Internacional de Alzheimer, donde señalaba lo siguiente: “El Alzheimer como enfermedad y otras demencias, es la más importante y significante enfermedad en lo social y de salud del siglo 21. Los gobiernos de todo el mundo no están preparados para las alteraciones que esta enfermedad habrá de causar”.

El gran impacto que tiene la enfermedad en los aspectos sociales y de costos personales, tanto para el paciente y sus familiares, en estas formas de demencias se calcularon el pasado año en unos $604 billones de dólares, y se ha señalado, que si esta dolencia fuera un país, tuviera la economía número 18 del mundo. Esto nos da una idea de lo costoso y dramático de este padecimiento  progresivo en su naturaleza, que se caracteriza por el deterioro mental rampante, desde mínimas alteraciones de la memoria hasta una devastadora demencia que nos desconecta de todo y de todos. De eso se habló en este congreso mundial, ahora entendemos mejor los cambios cerebrales, y podemos diagnosticarlos muchos años antes de que los síntomas se presenten. El diagnóstico temprano y la genética, fueron la esencia del mitin en París. El presidente francés Nicolás Sarkozi clausuró el congreso, y son promisorias las expectativas para Francia en la investigación neurocientífica.

 En la actividad, de la enfermedad de la memoria, se enfatizó lo importante de los factores de riesgo entre los que se encuentran la edad, la genética, los inadecuados estilos de vida, con elevado colesterol y sedentarismo. Estos elementos, coinciden en producir en el cerebro cambios en unas proteínas que tienen las neuronas, y mediante una cascada compleja de factores tales como: la neurotoxicidad, el estrés oxidativo, procesos inflamatorios, producen la acumulación de una proteína la “beta-amiloidea”, que deteriora la intimidad neuronal, con una maraña de anormalidades en la Tau, que es una proteína que ayuda a mantener la estructura interna de las neuronas. Hay numerosas teorías sobre su producción, pero los mayores avances son en los aspectos genéticos de la enfermedad.

En este campo que se han logrado grandes descubrimientos, como recordará el amable lector, yo mencioné dos condiciones que me enorgullecieron, fue que otro dominicano, Geriatra de Santiago, el  amigo Dr. Martín Medrano, junto a un grupo de científicos de la Universidad de Columbia de Nueva York, presentaron un reporte sobre sus encuentros en la población tanto dominicana como puertorriqueña, de una variante genética “el Sorla” (Sor I). Lo amplio del tema, nos obliga a más tiempo de amena “conversación” sobre el temido alemán.