El Alzheimer, en su día

El Alzheimer, en su día

José Silié Ruiz

El próximo miércoles 21 se celebra el Día Mundial del Alzheimer; y esta la razón que nos motiva a “conversar” sobre el tema una vez más. Se plantea que hay unos 4 millones de pacientes solo en América Latina y el Caribe, lo que la hace una enfermedad de gran importancia y con tendencia al aumento, por la razón simple de que la población aumenta en expectantica de vida y aquí se cumple aquello de que, a mayor edad, mayor riesgo. Cuando hablamos de demencia, nos referimos a la pérdida de la memoria como sucede principalmente en el Alzheimer, pero también puede haber el entorpecimiento de otras facultades mentales como: orientación, juicios discriminativos, lenguaje, compresión. etc., con lógica alteración de las actividades diarias.

El mal de Alzheimer es la más común de las demencias, siendo las damas las más afectadas. Luego le siguen las demencias vasculares. Ellas son las demencias primarias, están otras las secundarias, estas últimas pueden deberse a alteraciones de vitaminas (B12), trastornos metabólicos (tiroides, diabetes), desnutriciones, tumores, abuso de alcohol, hematoma subdural, etc. Hasta ahora se acepta que el Alzheimer se debe a la muerte de las neuronas ricas en acetilcolina (ayuda a la memoria), secundarias a la formación de proteínas anormales, las beta-amiloide y a otra proteína la Tau, que forma los ovillos neurofibrilares. Estas proteínas forman parte de las vías de nutrición de las neuronas, al dejar de funcionar hay muerte neuronal, que se expresa en importante atrofia cererbral en los estudios de imágenes.

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Veamos el caso de una persona de aproximadamente 70 años o más, que empieza a dar indicios de alteración de su memoria, con olvidos frecuentes, episodios de desorientación tiempo espacio, insomnio importante. Si muestra agresividad o una irritabilidad por cosas sencillas, si presenta una celopatia inexplicable, repite las cosas, olvida donde guarda el dinero, o cambia de lugar sin cuidado (guarda la plancha en la nevera), olvida apagar la estufa, si disminuye su olfacción, no logra nombrar correctamente a las personas y las cosas rápidamente, siempre le están “robando”, o empieza ver cosas raras (alucinaciones), etc.

Esta persona debe ver su médico sin pérdida de tiempo. En el caso nuestro como neurólogos, tomamos de inicio una muy detallada historia clínica, y esta sigue siendo el principal auxiliar para llegar al diagnóstico. Insistir en varios aspectos con el acompañante del paciente, nos ayudará, pues ese familiar él o ella, es el testigo principal para la información de los cambios de esa conducta que empieza a ser bizarra. La herencia es vital: enfatizamos en todos los factores de riesgo vascular (insisto que mañana consideraremos el Alzheimer como una enfermedad vascular). Luego de un examen físico detallado, pasamos a valorar la esfera mental, nos auxiliamos de unos test de rápida aplicación con preguntas, figuras, cálculos, etc. (ahí vemos si necesita exámenes psicológicos más profundos). Para que luego se realice un laboratorio completo desde el hemograma, con la revisión de “todos” los sistemas del organismo. Una resonancia magnética espectroscópica de cráneo, con todo esto hecho, ahí entonces iniciamos terapia. Es importante resaltar que disponemos en el país del estudio del Líquido Cefalorraquídeo para confirmar el Alzheimer; lo hacen donde Amadita.

Invitamos a los amables lectores a celebrar el día, a que nos acompañen el miércoles 21 a las 4 de la tarde al Altar de la Patria, desde donde caminaremos hacia el parque Colón, con un acto formal.

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