¿El alzhéimer será vascular?

¿El alzhéimer será vascular?

Los distinguidos colegas neurólogos, doctores Diógenes Santos Viloria, Luis Tusen, el primo José Silié Ramírez, y la Dra. Daisy Acosta son testigos que desde hace muchos años yo he sustentado que al final esta enfermedad de la memoria tendrá una base vascular. En países como el nuestro donde la investigación científica es un verdadero lujo, uno tiene sus teorías sobre algo en particular, pero para llevarlas a la práctica y poder demostrarlas científicamente no es tan fácil; este es mi caso. Son numerosos los estudios hechos con el propósito de determinar qué factores predisponen a esta enfermedad de la memoria, aparte de la indefectible genética. Se acepta que hasta un tercio de los casos diagnosticados como enfermedad de Alzheimer pueden atribuirse a factores de riesgo modificables.
La última investigación al respecto de lo vascular en el alzhéimer, se publicó en el número de octubre pasado en la revista Journal of the American College of Cardiology (JACC). En la investigación se probó un anticoagulante oral, y, tras doce meses de tratamiento en ratones, se logró reducir la inflamación cerebral, el daño vascular y los depósitos de péptidos amiloide (proteína mala), que son los signos propios de esta enfermedad neurodegenerativa. En una definición simple un anticoagulante es una medicación usada para inhibir o retardar la coagulación de la sangre. Esa inflamación a que nos referimos es la inflamación crónica de los vasos cerebrales que, cuando está asociada a un gen el ApoE4, aumenta el chance de padecer la enfermedad de Alzheimer. Esto se puede determinar dándole seguimiento en los exámenes de sangre a la proteína C reactiva.
Sabemos que los vasos sanguíneos que nutren el cerebro pueden estar afectados por las mismas proteínas y grasas que dañan las arterias del corazón. La valoración de la trombosis como uno de los factores cruciales del alzhéimer fue publicada anteriormente en la revista Neuron en el 2010. Recuerdo que igual lo «conversamos» en esa fecha por esta misma vía con nuestros amables lectores. Como vemos, este medicamento anticoagulante no solo ayuda a evitar las trombosis de ambos órganos, corazón y cerebro, sino que ayuda a la circulación cerebral y este es quizás uno de los mecanismos por lo que mejora la enfermedad de la memoria. Este grupo de investigación estuvo liderado por el Dr. Valentín Fuster, distinguido cardiólogo español radicado en New York, específicamente en la Universidad de Rockefeller. Este estudio tiene un antecedente muy importante publicado en el 2018 y es el Ensayo FINGER: este fue un estudio finlandés de intervención geriátrica, para prevenir el deterioro cognitivo y la discapacidad mental, y ofreció la primera oportunidad de explorar si la respuesta era positiva a una intervención múltiple, revisando los factores de riesgo vascular tales como: hipertensión, obesidad, bajos niveles educativos, diabetes, baja actividad física y mental, depresión, tabaquismo, poca socialización, grasas en la sangre, etc. como factores prevenibles del daño cognitivo.
La nueva medicación llamada Dabigatran espera por más investigaciones antes de su uso formal en la práctica médica. No obstante, lo anterior constituye un espaldarazo a una teoría que he pensado por años, pero lo que siempre pasa en nuestro medio difícil: que es Mr. Chufling en otras latitudes con recursos en los grandes centros para las ciencias quien logra llevar a cabo las investigaciones, pues la buenamedicinaestá basada en evidencias científicas. Los sueños y las teorías, si no se concretizan y usted las puede hacer plausibles se quedan en quimeras científicas del tercer mundo.
Es decir, que una vez más queda demostrado que lo vascular (corazón, vasos sanguíneos, factores de riego, etc.), tienen un gran peso en estas enfermedades neurodegenerativas del cerebro y que un médico en una pequeña media isla, un neurólogo de apellido Silié Ruiz, tenía razón desde hacía muchos años. ¡Maravilla, eureka!

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