El Alzheimer y su modernidad

El Alzheimer y su modernidad

La publicación correspondiente al pasado mes de mayo de la revista Fortune está dedicada en su tema principal a esta terrible enfermedad de la memoria. En dicha publicación se reseña que es de las enfermedades en la que mayores inversiones se realizan en este siglo 21. De esta importante causa de muerte no tenemos, hasta hoy, formas precisas de prevenirla, ni de curarla, solo disponemos de algunos medicamentos para enlentecer su progreso. En el pasado congreso de la Academia Norteamericana de Neurología, celebrado este abril en la ciudad de Washington, se presentó un trabajo de investigación en fase III, una nueva opción terapéutica para manejar esta enfermedad, el aducanumab, de los laboratorios Biogen quienes han asumido un préstamo internacional de $29 billones de dólares para continuar con las investigaciones de este nuevo y promisorio medicamento para el tratamiento de esta dolencia de los olvidos.

Se considera que esta es la investigación más exitosa hecha hasta ahora de una medicación para combatir directamente los orígenes de esta enfermedad. Recuerdo, estuvimos hace dos años en el congreso mundial sobre Alzheimer en París, donde se nos presentó por primera vez el aducanumab, en su fase I. Se trata de un anticuerpo monoclonal, son medicamentos productos de la ingeniería biológica, que se originan a partir de clones de células madre obtenidos de los linfocitos B y mediante un muy complejo proceso se crean células que atacan los tumores.

En este caso específico del Alzheimer para atacar la placa amiloide, que es derivada de la alteración de las proteínas en las células cerebrales y que se considera la causa principal de esta enfermedad.

En abril de 1906 el neuropatólogo Dr. Alois Alzheimer estudió con su microscopio el cerebro de la paciente Aguste Deter y observó una maraña de neuronas retorcidas que habían perdido su arquitectura normal y que él en ese momento no lo pudo explicar y la definió como “una seria y peculiar enfermedad”. Al no tener una adecuada explicación de los cambios en el cerebro observado en comparación con otros casos de demencia, muy inteligentemente el distinguido neurólogo alemán hizo dibujos descriptivos de esos hallazgos anatomo-patológicos.

La paciente había sido internada en el 1901, en el sanatorio siquiátrico, él la había admitido con el diagnóstico de “Demencia Senil”, muy común en la época, expresándose con una celotipia patológica (no pretendo yo insinuar que todas las damas celosas se estén demenciando). La señora ama de casa alemana, en su admisión solo respondía con monosílabos y se quedaba por largos periodos abstraída en sus pensamientos. Al ella morir y examinar su cerebro en cortes de anatomía patológica, se iniciaba la centuria de uno de los mayores retos que tenemos actualmente en la investigación médica.

Hoy están afectadas más de 20 millones de personas en el mundo y solo en la sociedad norteamericana más de 5 millones la sufren, se asegura que para el 2025 serán unos 8 millones quienes la padecerán. Es una entidad médica con aflicción económica importantísima, pues tuvo el gobierno norteamericano, gastos en el 2014 de 214 billones de dólares.

El daño a las células de la corteza cerebral y a estructuras internas como el hipocampo, es lo que explica las alteraciones: en la memoria, la atención, la orientación, el comportamiento y el lenguaje de esta, la forma de demencia más común. El daño íntimo a la fuente de energía de las células cerebrales las mitocondrias, es por la mencionada alteración proteica amiliode, que termina dándole al cerebro una consistencia de queso gruyere, al alterarse la arquitectura neuronal, porque las proteínas que sirven de soporte a las neuronas se destruyen.

La investigación entra ahora en fase III de exploración. La fase tres es cuando un medicamento investigado ya está confirmado como seguro para el consumo humano y potencialmente eficaz, o bien, que puede ofrecer beneficios que superan cualquier riesgo observado, se lleva a cabo entonces una investigación más extensa en humanos. Esto significa que tomará por los menos dos o tres años para poder disponer en las farmacias de esta alternativa para tratarla. El Aducanumab se perfila como una alternativa terapéutica muy prometedora.

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