¿El amarillo, un símbolo de construcción ciudadana?

¿El amarillo, un símbolo de construcción ciudadana?

La construcción de ciudadanía es necesaria para la vigencia de la democracia en una sociedad. Sin ejercicio ciudadano, no hay democracia.

Autores como Jelin consideran que el ciudadano o ciudadana en su vida cotidiana adopta una serie de acciones con las que construye ciudadanía, estas son:

– Las denuncias sobre las situaciones y políticas sociales desfavorables para las comunidades,

– El cuidado de los logros sociales que parecen los más justos,

– Las exigencias del cumplimiento de los contratos sociales,

– Participación en la esfera pública,

– Sentirse con derecho a estar en la esfera pública,

– Asumir la conciencia de los derechos ciudadanos y el reclamo de los mismos,

– Salir del plano de subordinado y de sumisión ante el poder.

La construcción de ciudadanía implica un salto cualitativo en que las personas trascienden la dimensión individual y pasan a la dimensión colectiva.

La construcción de ciudadanía es un fenómeno complejo que implica un proceso de conciencia de los derechos con la acción directa en las exigencias del cumplimiento de estos derechos y de los contratos sociales.

En la sociedad dominicana se presenta la dualidad y ambivalencia de un débil ejercicio ciudadano,  la mayoría de la población no tiene conciencia de sus derechos y deberes y no asume su exigencia desde la esfera pública.

Junto a esta débil conciencia ciudadana nos encontramos con procesos sociales en los que se puede identificar la construcción social de ciudadanía que genera una cierta esperanza de que se transforme la sumisión y la pasividad en acción.

La presencia de movimientos sociales basados en el reclamo de derechos ciudadanos como lo que ocurrió con la movilización social alrededor del rechazo a la construcción de la cementera en Los Haitises es un ejemplo de ello, así como el que se produjo alrededor de la reforma de la Constitución y el repudio a la inclusión del artículo 30 en la misma.

En la actualidad el movimiento “amarillo” de reclamo de un 4% del PIB para educación es un movimiento que muestra claros signos de construcción de ciudadanía con la participación activa de jóvenes de ambos sexos y de personas de diferentes edades y grupos sociales.

Este movimiento  abre las puertas al empoderamiento de la población joven y adulta sobre su derecho a reclamar el cumplimiento de la ley y de los contratos sociales que realiza el gobierno con la población.

El símbolo amarillo se convierte así en un símbolo de construcción ciudadana donde las personas van apropiándose de su presencia en la esfera pública a través del amarillo y rompiendo con la sumisión y la pasividad ante el ejercicio autoritario del poder.

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