El ametrallamiento de la UASD 41 años atrás

El ametrallamiento de la UASD 41 años atrás

 Parece que fue ayer, pero han transcurrido 41 años de la infausta incursión policial en la UASD el 4 de abril de 1972 durante el balaguerato. Mientras la universidad estaba en proceso de reinscripción al margen de incidentes, a media mañana se extendía rápidamente un inesperado cerco policial.

El Rector Jottin Cury (que actuó con gran valor ante la agresión) nos inquiría (a los delegados estudiantiles en el Consejo Universitario) sobre la acusación policial en torno a la supuesta presencia en la UASD de Tácito Perdomo Robles (quien antes había estado vinculado a Caamaño que se entrenaba en Cuba), tras investigar con los diferentes grupos estudiantiles no se pudo establecer la presencia de este señor en la institución. En realidad el espionaje del balaguerato estaba despistado, desconocía se celebraban por separado reuniones clandestinas de dos organismos superiores de la Línea Roja del 14 de Junio y del MPD.

Por las vinculaciones de nuestro grupo Fragua con la Línea Roja, se decidió que el dirigente Eduardo María (González Espinosa) debía salir pasando camuflado las líneas de registro policial, con tales fines se procedió a diseñar rápidamente un carné de empleado con la foto del susodicho dirigente, quien salió del campus universitario como chofer del decano de la Facultad de Ciencias Médicas, doctor Luis Pérez Espaillat (uno de los profesores más avanzados políticamente de la universidad, un verdadero héroe anónimo).

El operativo resultó exitoso, luego el doctor Pérez Espaillat fue el único funcionario que quedó fuera de la universidad, con su admirable tenacidad organizó las protestas externas al cerco criminal.

En las primeras horas del cerco, el Rector recibió una llamada del Jefe de la Policía Nivar Seijas indicando que Tácito Perdomo había sido ubicado por sus informantes junto al estudiante José Mena de la Facultad de Derecho en el edificio del Alma Mater. La versión era infundada, ellos lo comprobaron, sencillamente Mena era enemigo personal del soplón policial conocido como La Chiga desde su pueblo natal San Francisco de Macorís y éste trató de involucrarlo en el asunto a modo de venganza. Se hizo un llamado a profesores y estudiantes para que se aproximaran a los terrenos de la universidad para protestar por el sospechoso cerco, de repente ingresó al salón del Consejo Universitario el profesor Federico Lalane José, quien fue el único universitario que pudo penetrar al campus.

Al mediodía por detrás del Aula Magna en el edificio del Alma Mater se inició el avance de las tropas de operaciones especiales que marchaban de modo intimidante en zafarrancho de combate con sus fusiles automáticos y exhibiendo granadas de mano, los estudiantes, profesores y empleados los recibimos entonando las notas del Himno Nacional, luego el del 14 de Junio, seguido por el himno Constitucionalista sin retirarnos del área por donde pretendían penetrar, ellos decidieron replegarse.

La situación continuó tensa y cerca de las 4 de la tarde ahora desde la entrada por la Avenida Alma Mater con Correa y Cidrón se inició el avance de centenares de policías de operaciones especiales, cascos negros y Servicio Secreto, los universitarios frente al edificio del Alma Mater los recibimos con las notas del Himno Nacional, éstos marchaban en actitud de combate contra ciudadanos desalmados que solo entonábamos el himno, cuando se parapetaron frente a frente a nosotros empezó la balacera, que no produjo muchos muertos por la mala puntería, los tiros fueron lanzados a quemarropa, lamentablemente la eximia estudiante Sagrario Ercira Díaz fue alcanzada con una bala en la cabeza, en un gesto heroico su hermano Fidias Omar y el inolvidable compañero Danilo Santiago tomaron su cuerpo por encima de las balas y lograron sacarla del campus para iniciar una agonía de casi dos semanas hasta morir. Durante el ametrallamiento al Palacio en 1966 que también sufrimos los estudiantes (muchos de nosotros entonces estudiantes de secundaria) al ingeniero Danilo Santiago (fallecido hace tres años) de igual modo le correspondió sacar del lugar gravemente herida a la muy querida compañera Brunilda Amaral, quien permanece con lesiones permanentes.

Realmente esto fue un verdadero pandemónium, tras tomar el control de la universidad la mayor parte de los universitarios fuimos ultrajados, el suscrito recibió dos culatazos. Dirigieron el operativo los reconocidos oficiales represivos Rolando Martínez, Caonabo Reinoso Rosario, Moncho Henríquez (El Coyote) y Báez Mariñez. Se hicieron largas filas para transportamos al Palacio de la Policía Nacional en camiones y guaguas preparadas de antemano.

En el ínterin un estudiante se desmayó y la policía impedía lo recogieran, el profesor Federico Lalane desafió a los cancerberos y recogió al estudiante, lo introdujo en un vehículo para que lo trasladaran a recibir asistencia médica y regresó a la fila. Ya en la policía se procedió a “depuramos”, cerca de dos mil universitarios, solo 30 ó 40 fuimos dejados prisioneros en la inmunda celda injustamente denominada “Vietnam” (yo todavía tengo mi ficha de “delincuente”, de modo sospechoso todos los demás fueron despachados en horas de la madrugada en tiempos de gran inseguridad política. Se utilizó un espejo especial en una habitación cerrada donde varios “oráculos” o chivatos policiales previamente infiltrados en la universidad ubicaban a los “rusos”.

 Otro grupo fue liberado, tras dos semanas de presidio fuimos puestos en libertad cinco de los apresados, a los demás les prefabricaron expedientes y tuvieron el descaro de llevarlos ante un juez recién nombrado, que fue el consultor jurídico policial que les prefabricó el expediente, se inhibió por la brillante protesta asumida en estrado por el eminente consultor jurídico de la universidad Héctor Cabral Ortega. El tema es muy largo pero el espacio se ha agotado en demasía.

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