“Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón”.
Mateo 6:21
Dice el refrán que hay que cerrar una puerta para abrir otra. Para mí hay tres momentos importantes para que lo hagamos: el año nuevo calendario (en occidente el 1ero de enero), el año nuevo cósmico (en el cono norte el 20-21 de marzo) y el día de cumpleaños.
Cuando no logramos cerrar el círculo, los restos del tejido emocional de lo anterior sigue hacia lo posterior contaminándolo todo. Lucas (5:33-39) aconseja no echar el vino nuevo en odres viejos, y lo justifica con dos razones: 1-al fermentarse el vino nuevo hará que el odre viejo ya endurecido se reviente, y 2-quien ha bebido el vino viejo no desea beber el nuevo, porque el vino añejo se considera mejor.
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Esta semana estoy de cumpleaños. “Mientras más enaltezcas y celebres tu vida, más encontrarás en ella para celebrar”, dice Oprah Winfrey, productora y presentadora del programa de entrevistas más visto en la historia de la televisión norteamericana.
Ese día es un tiempo para reflexionar, culminar, dejar atrás y continuar hacia lo nuevo. Las historias suspendidas o inconclusas dificultan el verter el vino nuevo en odres nuevos. La flexibilidad del odre nuevo le permite expandirse cuando el vino nuevo fermenta. Entonces, ambos se conservan.
En las tradiciones ancestrales, la ceremonia o ritual de cumpleaños es uno de los más importantes. La finalidad de hacer rituales de cumpleaños es encajar las energías, armonizar las fuerzas presentes en lo vivido y generar el poder que se requiere para materializar los deseos del nuevo año.
El día del cumpleaños recibimos una importante cantidad de Luz, que nos permite “iluminar” el camino hacia el nuevo año. Es una recreación del día del nacimiento, que se recrea en la vela que se enciende en el pastel. Este es un día especial que nos permite nos muestra el modo en que soltamos (despedimos) y tomamos (damos la bienvenida).
Celebrar el cumpleaños es un acto de amor. Osho dice que el objetivo del amor es la recuperación plena de quienes somos. Estar presentes para lo que ocurre en ese día, puede brindarnos una importante guía para recorrer el nuevo territorio al que vamos.
Para mí, este día es una buena excusa para la práctica del auto-amor. Me cuido, me consiento, y enfoco mis fuerzas en hacerme feliz. Me encanta poner mis cuentas en cero. Suelo recorrer los doce sectores de la rueda arquetípica para cerrar lo pendiente, del modo que corresponda, y escoger lo que nuevo que deseo para mi vida.
Los doce sectores se relacionan con las casas astrológicas: autoestima/imagen, dinero/valores, comunicación/negocios, hogar/seguridad, creatividad/entretenimiento, salud/trabajo, matrimonio/compromisos, transformación/sexualidad, expansión/viajes, logros/reconocimientos, amigos/aliados y plenitud/intimidad con Dios.
Aprovecho la energía de mi natalicio para hacer un viaje a mi interior, y revisar de un modo amable el camino que he transitado. Esta fecha me ayuda a recordar que la vida se trata de relaciones. El modo en que vivimos este día es como un scanner en el que vemos la condición de nuestros vínculos. Como dice la poeta nacida en Teherán Kamand Kojouri “debemos recordar que siempre nos redescubrimos, porque estamos cambiando para siempre”.
No siempre fue así, pero al cabo de estos años que he vivido me queda claro que sin amor me esfuerzo demasiado. Si el amor me guía todo resulta fácil, rápido y me brinda alegría. Como dijo Mohamed Alí, uno de los mejores boxeadores de todos los tiempos y figura influyente de las luchas sociales de los afroamericanos, la persona “que ve el mundo a los cincuenta” del mismo modo que cuando tenia veinte años, ”ha desperdiciado treinta años de su vida”.
El día 24 entraré en la segunda mitad de esta década. El 56 combina las energías de los números 5, 6 y 2 (reducción a un dígito de la suma). El número 5 simboliza cambios importantes, ingenio, curiosidad, versatilidad, adaptabilidad, motivación y oportunidades. El 6 (que es la reducción a un dígito de la energía del 2022) simboliza amor, hogar, familia, compromiso, servicio, gratitud, cuidado y fe. El número 2 significa trabajo en equipo, cooperación, diplomacia y relaciones.
Estoy muy emocionada y agradecida con este nuevo aniversario. Abierta y receptiva a los milagros, y alineada con la bondad y la dulzura. Me siento confiada en mi presente y esperanzada con mi porvenir. Me gusta mi vida y lo que estoy viviendo, al mismo tiempo, la llenura de la plenitud me ha preparado para vaciarme.
Estoy viviendo el mejor tiempo de mi vida. Después de muchos devaneos, he permitido que el Amor sea “la respuesta” a cualquier cosa que se me presenta. Hoy puedo decir sin vacilación que el amor es mi sustento y mi maestro. He hecho mías las palabras del premio Nóbel de literatura, Gabriel García Márquez al decir “si quieres ser amado, ama tú”. El amor es mi mejor y mayor regalo. ¡Celebro con alegría la llegada de los 56!