Éste es mi mandamiento: que se amen los unos a los otros. Juan 15: 17.
El no obedecer a Dios es pecado, porque estamos faltando a Su ley. Aunque Cristo por Su gracia nos perdona y nos da una nueva oportunidad, Él espera que tomemos conciencia, nos arrepintamos y podamos caminar bajo Sus leyes y mandamientos.
El amor es un mandamiento, donde Cristo nos ordena que debemos amarnos los unos a los otros. No hay excepción para este mandamiento, y nuestro corazón debe estar dispuesto a sentir amor por todos, a pesar de todas las circunstancias que rodean las relaciones con los demás.
En este mandamiento quedan a un lado el rencor, el odio, las heridas, las decepciones, las injusticias, los maltratos, la desconsideración, el dolor; no haciendo caso al pasado ni al presente, ya que hay un amor que todo lo puede y todo lo soporta.
La gracia no nos exonera de lo que tenemos que hacer, porque Su gracia permanecerá con aquellos que cumplan Su voluntad: que “os améis los unos a los otros”.