El amor sobrevuela las cálidas pistas de Sochi

El amor sobrevuela las cálidas pistas de Sochi

SOCHI, Rusia. El amor flota en el aire en los Juegos Olímpicos de Invierno, donde las temperaturas subtropicales no sólo calientan las pistas y en la víspera de San Valentín se hacen planes de bodas y se niegan romances.

Existe incluso una aplicación para teléfonos inteligentes que permite localizar a tu media naranja en las pistas.

Los veteranos patinadores chinos Pang Qing y Tong Jian, plata en los juegos de Vancouver-2010, terminaron cuartos en la competición por parejas del patinaje artístico el miércoles y en seguida se pusieron a pensar en su boda.

Pang y Tong, ambos de 34 y que empezaron a patinar juntos con seis años, no son solo pareja deportiva, sino también en la vida real y se comprometieron cuando Tong pidió la mano de Pang durante una prueba en China.

«Todavía no hemos planeado la ceremonia ya que estábamos centrados en nuestro entrenamiento. Ahora es momento para empezar los preparativos», afirmó Tong tras su actuación en Sochi. Siguen así los pasos del campeón olímpico por parejas en 2010 Zhao Hongbo, que volvió a Sochi como entrenador del equipo chino.

Hongbo se casó con la que fuera su pareja deportiva, Shen Xue, con quién tuvo un hijo en septiembre.

En otros puntos del Iceberg Palace arena, los patinadores se dejan llevar al son de amorosas bandas sonoras procedentes de «El fantasma de la Ópera», «Jesucristo Superestar» o, la apropiada, «Romeo y Julieta». Esto no significa que los abrazos y carantoñas sobre el hielo se traduzcan siempre en romances.
Los canadienses Kirsten Moore-Towers y Dylan Moscovitch deleitaron a la audiencia con su cariñosa actuación en la final por parejas y cada salto y pirueta lo acompañaban con cálidas sonrisas. El dúo salió de la pista agarrado de la mano, pese a no ser pareja fuera de la competición.

«Es una relación interesante porque nunca hubo nada entre Dylan y yo fuera de la pista pero creo que lo que tenemos es especial en un sentido mucho mejor que ese», aseguró Moore-Towers. «Tenemos una gran relación de trabajo y nos lo pasamos bien patinando y somos capaces de dejarlo ahí al final del día», explica la patinadora.

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