He sido invitado con motivo del mes del amor a dictar dos conferencias a las que mis amables lectores quiero se sientan por igual invitados: la primera el mismo 14 en la calle Cervantes no. 156 a las 4:30 de la tarde. La otra es el día 20 en restaurante Cairos a las 6:30 p.m. El próximo jueves 14 se celebra el Día de San Valentín, celebraremos el día de la amistad y del amor, por la acción de un ingenuo arquerito con cara de inocente que cuando «nos flecha» nos hace vivir emociones muy especiales. Cabe aquí también señalar a aquella mítica pareja del paraíso, aquel pobre Adán, varón que saboreó el fruto prohibido y fueron luego ambos cubiertos con hojas de higuera, porque el pudor y la pasión humana los traicionaron, inducidos hipotéticamente por la endemoniada y lubrica serpiente, azuzadora, que los llevó a ambos a saborear el fruto prohibido y a pecar, los primeros enamorados. Fueron los primeros amantes.
Quien lo ha sentido en el hondón de su alma, sabe que el amor son todas sensaciones muy gratísimas y privativas, ostensibles para la leyenda del vivir y el recordar, es fuego desmedido de un artificio para la felicidad íntima del alma, para el grato existir, para el perdón sostenido, para el resplandeciente derroche del placer, para las euritmias del vivir, saltando embelesado entre esplendorosos arcoíris y estrellas fulgurantes. Aunque soy por herencia y biología un ¨poetizoide¨ de nacimiento, por mi padre, madre y tíos, decidí ser neurólogo y me hice organicista. No reniego y nunca habré de contender el encantamiento de lo refinado y romántico de la verdadera palabra amor y a ese trato que con pasión y entrega que se disfruta con la máxima experiencia de amar intensamente, expresado con un cálido abrazo trasmutante, y un ardiente con corredizo beso tierno de azotea, y ser amado en reciprocidad enloquecida por largo tiempo.
El amor, cuando lo vivimos, nos evita tristezas, nos da delicias, nos brinda el gratísimo vivir, etc., etc.Su biología, se inicia en la corteza cerebral pre-frontal, si usted se pone en la frente la mano es ahí, el territorio que nos permite ser seres sociales. Es dondetomamos las decisiones racionales paraconvivir. En el amor flechado del ingenuo Cupido está demostrado que esta área cerebral se apaga, es decir, que cesa su actividad al enamorarnos. Luego pasa el estímulo al Hipocampo, es el territorio del aprendizaje y la memoria en el amor, al accionarse disminuyen la atención y memoria. Se conecta luego con las amígdalas cerebrales, estas son unas almendras en la profundidad del cerebro, que manejan la memoria y la ansiedad, en el amor ellas nos dan el regocijo del amor y el placer de volver a recordar un grato momento y volver a vivir un beso intenso.
Las amígdalas, son unas avellanas situadas profundas en el cerebro que manejan nuestras emociones y parte del placer. Se baja un poco en el cerebro hacia la médula, este es el sistema dopaminérgico. Son neurotransmisores y hormonas cerebrales que cuando no están adecuadamente presentes devienen en la verificación de tristezas y depresiones. El sistema Meso límbico-dopaminérgico es el sistema de la alegría y el placer. Está demostrado que el amor también evita la «inflamación crónica» esto actúa en contra del alzhéimer, las cardiopatías, el parkinson, etc. La circulación también baja la tensión arterial, nos relaja. Por igual actúa en el metabolismo, ayuda a bajar las grasas y evita la diabetes.
En lo reproductivo, el amor, mejora la fecundación con preparatorio aumento demostrado de la fertilidad y la libido, a los cromosomas los hace más estables. Es un estado con aumento de la libido. Está demostrado que el amor aumenta la efectividad de los cromosomas en los telomeros, que son sus terminaciones actuantes. Es decir que el amor es capaz de cambiar toda nuestraestructura cerebral, biológica y de reproducción. Cito de Mario Benedetti:»Es decir un amor que es desafío cada vez más insólito y más fuerte que nos defienda de la muerte de la desilusión y el hastío». Felicitemos a los nuestros y a todos los amigos lectores el próximo jueves ¡Feliz San Valentín!