El año de la resurrección moral

El año de la resurrección moral

El año concluye con el arrastre de un acontecimiento singular. Y es que ocurrió un renacer moral con las masivas manifestaciones de masas que enfrentaron a la maquinaria política para enrostrarle su corrupción y la impunidad de sus acciones que salvaguardan hasta ahora sus bienestares económicos y políticos. Pero ocurrieron sucesos muy singulares que de nuevo mostraron la cara fea de los dominicanos en cuanto a su capacidad de organizarse y de gobernarse con educación y planificación. Y es que el desorden burocrático ha sido responsable por décadas del rumbo de los destinos nacionales. Tan solo la ambición de los políticos domina el ambiente y orienta de cuáles son sus propósitos por falta de escrúpulos y querer convertirse en los mesías con su sapiencia asfixiadora de la nación.
Ocurrieron acontecimientos de todasclases. Positivos y negativos. No hay dudas que la educación pública experimentó un renacimiento. Salió de su mediocridad para insertarse en un mundo competitivo y buscar un sitial en que las actuales generaciones no sean tan mediocres frente a sociedades similares. Miles de aulas se incorporaron a las plantas físicas y el estímulo del alimento escolar y los programas de computadores impulsó un cambio muy positivo para que la educación pueda convertirse en el brazo armado para el desarrollo nacional.
Este año fue para sentar las bases de una mejoría en la calidad de la enseñanza. Aun cuando estamos detrás de muchos países hay una intención seria y firme para arrancar hacia una cobertura de calidad que arrope a las actuales generaciones ansiosas de insertarse en un mundo muy competitivo. Ahora el objetivo es buscar rápidamente el bienestar personal.
Por otra parte, por una notoria incapacidad en el sistema de salud, este permaneció colapsado con mejorías en los hospitales de autogestión. El admirable servicio del 911 chocó de frente con la pobre calidad de la respuesta de los hospitales. A la vez los planificadores que concibieron la absurdidad de enfrentar simultáneamente la reconstrucción de mas de 50 hospitales resultó ser un fiasco frente a la realidad de la escasez de recursos humanos, económicos y de gestión para hacerle frente a ese reto. Hoy todavía se escuchan promesas oficiales que en breve tiempo serían finalizados los trabajos de reconstrucción. Esto nunca ocurre por una simple razón que es la falta de dinero.
El año finaliza con una triste realidad de aumento vertiginoso de la inseguridad ciudadana con las calles tomados por los delincuentes y convertidas en territorio apache para que los antisociales campeen por sus fueros. Al mismo tiempo el inaudito incremento de las agresiones a las mujeres por parte de sus parejas, con los trágicos desenlaces, conmovió a la sociedad. Esta ya se curó de espanto. Tan solo lo ven como una ocurrencia intrínseca a una sociedad subdesarrollada e inculta por la falta de los valores morales dejados de recibir en los hogares y las escuelas. Es una sociedad poco motivada cuando la estrechez económica apremia a los actores a buscársela y quien sufre las consecuencias es la mujer.
Después de escuchar por varios años que el país experimentaba índices de crecimiento superiores al 7% ahora disminuyó a un moderado 5,5% con lo cual nos pusimos al mismo nivel de los demás países del hemisferio. Fue muy positivo en cuanto al crecimiento del turismo e inversiones en otras áreas en especial en la saludprivada y la señal inequívoca es que los puertos del país serán la bisagra caribeña para la carga marítima internacional. Esto aumentará cuando el puerto de Manzanillo sea una realidad liberándose del nudo gordiano impuesto por los empresarios cibaeños.
Los desafíos de la naturaleza con los huracanes Irma y María pusieron de manifiesto, que si bien hay muchas debilidades en las infraestructuras viales, la mayoría resistieron perfectamente y además el tiempo de recuperación fue admirable para que las actividades productivas no sufrieran severos percances. No ocurrió una escasez notoria de productos agrícolas sin aumentos notables de sus precios ya que las carreteras están en buen estado pese a las lluvias.
Donde el país ha sufrido un severo percance al final del presente año es con el anteproyecto de ley minera evacuado por el Ministerio de Minería. Es que lo consignado en la misma se pretende que el inversionista que traiga su dinero se convierta en un asalariado del Estado y que solo trabaje con un sueldo y limitando sus beneficios a estrechos márgenes. Eso es solo una mentalidad trasnochada de un socialismo que pretendió hacer colapsar al mundo. Esa es laterrible herencia que nos deja el 2017 y ojala queserectifique a tiempo y seprocedajuiciosamente para que el país se beneficie desus recursos mineros guardados por millones de años en el subsuelo de nuestra isla.

Más leídas