El apodo de mi tía

El apodo de mi tía

La Real Academia de la Lengua ha ofrecido recientemente una breve información  acerca de los cambios que ha introducido acerca del empleo de varias letras dentro del vocabulario español.  Esto afecta naturalmente la ortografía que debemos seguir para mejorar la graficación en textos, conversaciones, mensajes, noticias, calendarios, novelas, poemas etcétera.

Estuve en Madrid en el año 1999, cuando se establecieron anteriores recomendaciones acerca de este tema. Significa que, en poco tiempo, relativamente, la Real Academia ha consensuado  buena cantidad de asuntos, muy útiles para la escritura de nuestro idioma.  Aunque creo que debo anotar que no todo lo preceptuado tenga relación estrecha con la ortografía, aunque  esté lindando esa materia.

Por ejemplo, digo que llamar /ye/ a la reconocida /y griega/, primero es cosa muy vieja y segundo eso bautiza formalmente a tal letra con  nombre, con el cual ya se ha coqueteado bastante.

Estábamos cursando el segundo año del bachillerato, 1947, recuerdo a los compañeros Marino Piantini, Julio Armando Aguasanta, Nicanor Pichardo Cruz, José Rafael García  Pascal (Puchito), Castillo Silva, Marcio Mejía Ricart, Fersobe Jarum…

Hablábamos de lenguaje. Este tema por aquí, otro por allá.

A Marcio lo teníamos como el mejor preparado y bien leído, de los muchachos, con recursos que no contábamos sus compañeros de aula.

El tema derivó hacia la mencionada /y/. Uno de los alumnos escribió con irregularidad en la pizarra /calló/, del verbo ¿caer? Marcio solicitó el turno y lo anotaron en tercer lugar.

El primer expositor dijo que era con /y griega/. Me tocó el segundo turno y expliqué que en el poema (XV) de Neruda, muy en  boga entonces, se dice:

“Me gusta cuando /callas/ porque estás como ausente”, lo que hace diferente la conjugación de caer. Pero no profundicé.

 Le tocó el turno a Marcio, e intervino que “callas”, no corresponde al uso de doble /elle/ y la escribió en la pizarra negra.

Y continuó: Caer deriva en cayó, con ye y escribió, lo que muchos sabíamos a esa altura, pero que seguíamos llamando /y griega/.

El curso entero se alborotó frente a la actitud firme del condiscípulo, que repitió: Es con /ye/, no con /elle/.

Fue tan fuerte el alboroto que el subdirector Ángel Mieses Lajara se acercó al aula para ver qué pasaba. Pero ya el profesor nos había aplacado, y nos advirtió que podíamos ser sancionados por el escándalo.

Volvamos a la nueva ortografía de la Academia.

Otros temas de importancia vienen también en la noticia de EFE desde Madrid, en relación con varias grafías.

 Tal es el caso de la sustitución de /q/ por /c/ en cuórom / quórum.

 No tildar (acentuar) el adverbio /solo/ en primera sílaba, ni los pronombres demostrativos, que presenta el siguiente caso de ambigüedad: “voy solo al cine”, que nos envuelve: a) Si es que acostumbra ir solo al cine; b) Si es que en ese momento irá sin acompañamiento al cine. Uno de los compañeros afirmó que estuvimos de acuerdo que en esta situación debe marcarse la tilde: sólo para reducir ambigüedades.

El prefijo /ex/ se deberá escribir unido a la base léxica, si afecta a una sola palabra: exmarido, exministro, exdirector.

Pregunto: Ahora ¿cómo escribiremos, cuca/ kuca/ kuka/ cuka?

Alguien me mira con cara de block y me dice: Respétate, que no te luce ser un viejo “propasao”.

Mal pensado le digo: Yo estoy refiriéndome a la Tía Cuca. ¿Cómo vamos a decirle que a sus ochenta y siete años perdió su ortografía por partida doble?

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