Desde que fue inaugurado el hipódromo “Perla Antillana”, el 23 de febrero de 1944, en el Ensanche La Fe, exactamente donde se encuentra hoy en día La Plaza de la Salud, los seguidores del juego deporte de las carreras de caballos han respaldado el espectáculo sin reservas hasta el día de fecha.
No han importado las alta y bajas por las que ha pasado ese entretenimiento, las cuales han sido muchas. Sí hacemos un recuento de las veces que se han presentado situaciones que a simple vista parecería y que no se levantaría, pero como el fanático hípico dominicano le gusta el juego deporte de las carreras de caballos, ha hecho caso omiso de las malas actuaciones de los que en su momento han dirigido el espectáculo, y continúa respaldando el evento.
Como muestra de lo que estamos presentando en esta entrega, queremos referirnos a los malos momentos por los que estuvo atravesando, y que muchos de ellos no se han podido solucionar, entre ellos la exigua población caballar, la cual no permite carteleras atractivas, ya el poco respaldo de las autoridades de las dos compañías que ganaron el contrato de arrendamiento del hipódromo V Centenario, las cuales se retiraron sin dar solución a los problemas más importante y todo ha quedado igual, no obstante a ello el fanático sigue haciendo sus aportaciones, tanto a la jugada de Pool, como al menú de Bancas.
El fanático dominicano que durante más de siete décadas ha respaldado el juego deporte de las carreras de caballo no le han importado los desaciertos que en el espectáculo se han presentado por muchos de los entes que inciden en el evento, y sigue como fieles seguidores al deporte de las espuelas foete y bridas.