El aporte de raíces y «Música de los clásicos»

El aporte de raíces y «Música de los clásicos»

POR VLADIMIR VELÁZQUEZ MATOS
Ciertamente no vivimos los mejores tiempos, aunque algunos cuantos, quizá, nos puedan contradecir, muy a pesar de estar informados de todo (o sobreinformados de nimiedades), y viviendo inmersos dentro de tanto implemento tecnológico e innumerables «cosas» demás a nuestra disposición de las que dicen elevan el nivel de vida, cuando en la realidad de los hechos estamos inmersos en búsquedas absurdas de placeres que no nos garantizan para nada la felicidad, sino todo los contrario, nos llevan a un estado de vacío y desasosiego que el hombre moderno no sabe cómo llenar.

Y para colmar esos vacíos nos zambullimos en una vorágine de actitudes y modas que, lejos de satisfacer nuestras ansias fundamentales, las acrecientan, banalizando en la nulidad las aspiraciones más profundas de nuestro ser.

Dice Ernesto Sábato, que lo único que puede salvar al hombre y darle algún sentido a la existencia es el arte, y éste, por desgracia, debido a lo antes expuesto y al comercialismo más grosero y salvaje, ha caído en la misma oquedad por el que navega toda la sociedad humana.

Pero como decíamos, el arte, el verdadero arte, el que está forjado con oficio, inteligente y con disciplina, ese del que reniegan muchas de las tendencias actuales, que en el fondo son incapaces de emular por carencia absoluta de pericia técnica o formación académica, así como a la vida, al gozo por la belleza, al asombro ante lo que pueden realizar algunos mortales con elementos tan aparentemente simples como son los colores, los sonidos o las palabras, construyendo con ellos una dimensión espiritual que sirve de refugio ante los avatares de la misma existencia.

Eso es lo que hace el gran arte, muy en particular, la música clásica, la música de los grandes maestros, la llamada «Culta», y que gracias a Dios nunca nos falta, ya que una emisora joven del grupo León Jiménez, Raíces, tiene en su excelente y selecta programación un espacio diario en donde se dan cita los más grandes genios de la composición de todos los tiempos, ejecutados por los más connotados intérpretes mundiales en las grabaciones que se consideran modélicas por cada uno de ellos; y todo eso con los agudos y esclarecedores comentarios, verdaderas cátedras de musicología y cultura, de un conocedor profundo y estudioso, además de gran artista y persona como lo es Arístides Incháustegui, quien con verbo fácil en su magnífica voz y dicción, nos sumerge en ese mundo de envolventes sonidos y poesía como sólo el gran arte puede ofrecer.

Y es de agradecer este extraordinario espacio en donde el arte más excelso, la música, colma de emociones y belleza a nuestro espíritu, tan plagado, por otra parte, de tanta frustraciones a nivel social, económico, político, pero sobre todo, moral, pero que al escucharla, nos libera de ese pesado fardo, reavivando esa llama que nos hace a todos tan especiales y diferentes como lo es la sensibilidad.

Por ello, reiteramos, es de agradecer esta magnífica programación de Raíces y el programa de Arístides Incháustegui, «Música de los Clásicos», por esa labor de veras invaluable para el arte y la cultura de nuestro país, que hoy más que nunca, tanto necesita para no seguir en el marasmo que tanto perjuicio nos ha causado.

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