Olga Vergés 
Los docentes ven cambios importantes en sus aulas cuando los padres se involucran. Desde la motivación y desempeño del alumno, hasta mejorías en su carácter.
Incluso no es necesario un nivel de involucramiento tan alto, tan sólo preguntar al niño cómo le fue en la escuela y asistir a las reuniones escolares, los padres pueden influenciar positivamente en el futuro del alumno.
Explico Mireia Tintore, profesora del área de Didáctica y Organización Escolar, en el Departamento de Educación de la Universidad Internacional de Catalunya, España. Además, editora y educadora de la Revista Internacional Liderazgo y Gestión Educativa.
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Reiteró que en la medida en que los hijos reciben una formación en buena conducta, la reflejarán en sus actuaciones escolares, y puso de ejemplo que, si estos observan en sus progenitores el interés por los valores, principios, respeto mutuo y las relaciones sanas con los demás, este mismo comportamiento lo tendrán dentro y fuera del hogar.
Para Tintore, uno de los grandes desafíos es que los padres encuentren el tiempo para asistir a los eventos escolares de sus hijos, especialmente en el caso de las familias de bajos recursos, quienes muchas veces tienen largas jornadas laborales o incluso dos o tres diferentes trabajos.
Un gran reto para el docente ya que los padres esperan que sus hijos tengan buen desempeño académico pero los alumnos no reciben apoyo emocional.
Aunque el involucramiento de los padres en la educación de sus hijos sí conlleva beneficios, también puede tener connotaciones negativas Tintore resaltó que existen casos donde puede ser excesivo cuando los padres llaman o buscan constantemente a los maestros para estar monitoreando la evolución de sus hijos.
