“EL ÁRABE, EL TURCO Y EL BERBERICO”

“EL ÁRABE, EL TURCO Y EL BERBERICO”

(4de 4 )
Tiempo después, cuando el sultán quiso agasajar a Luis XIV, enviándole un presente, de inmediato recordó el bravo caballo que guardaba en sus cuadras. Así fue como Berb viajó a Francia. Pero el animal no tuvo en Europa una existencia de matices reales a trabajar como caballo de tiro, atado a las varas de un carro aguatero. Cuando el marqués Godolphin se interesó por el caballo, cambió totalmente la vida del Berberisco. Condenado a detectar las yeguas alzadas que luego se entregaban al padrillo principal del lugar, se volvió más ingobernable que nunca. Como lo había hecho en los establos del sultán de Marruecos, llegó a convertirse en una calamidad para el personal al servicio del hara. En su violento temperamento, lo manifestó abiertamente el día que descubrió al padrillo del sitio, “Hobgoblin”, que se disponía a servir a una de las yeguas, rabioso y enfurecido por los celos, el Barb acometió al padrillo matándolo.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas