El arbolado de Santo Domingo

El arbolado de Santo Domingo

JOSÉ ANTONIO MARTÍNEZ ROJAS
En los últimos días se ha suscitado una polémica entre un grupo de ciudadanos y el síndico del Distrito Nacional, por la sustitución del arbolado que actualmente tiene la capital de la República. A decir verdad, y aunque este funcionario no sea del agrado de muchos munícipes, hay que reconocer que en la eliminación de ciertos árboles le acompaña la razón. Veamos los motivos. Cuando a la sazón desempeñaba la Sindicatura del Distrito Nacional el doctor José Francisco Peña Gómez, se procedió a la siembra masiva en la calles y paseos de nuestra Capital sin una metodología científica y, por lo tanto, los árboles seleccionados no fueron los óptimos, inclusive se podría afirmar que muchos resultaron perjudiciales, algunos por desconocimiento de sus propiedades. En este aspecto, debemos exonerar al doctor Peña Gómez, que no siendo un experto trató de cambiar la imagen de una ciudad casi despoblada de árboles.

Especies que no debieron ser utilizadas – daremos los nombres comunes y no los científicos para facilidad de los lectores –  por su contribución al deterioro de las aceras y los contenes, fueron los siguientes: Ficus, laurel, gina, leucaena, caucho ornamental, jabilla extranjera (frutos venenosos), almendro, casuarina y hasta la acacia amarilla. En nuestro país se ha desatado una ola de siembra de los «Ficus». Este árbol, aunque majestuoso y que da una buena sombra, posee un sistema radicular sumamente extenso y que busca el agua dondequiera que se encuentra, por tanto, rompe las tuberías de agua y de desagüe en busca del liquido, obstruyendo los tubos y causando desperdicios de agua. De igual modo podemos expresarnos de la jina, que rompe las aceras y contenes. La leucaena, un sueño del ex director de Foresta, coronel Candelier, para se utilizado como carbón vegetal, se ha constituido en una plaga que amenaza con cerrar hasta las carreteras, por su facilidad de propagación. La denominada jabilla extranjera produce unos frutos que en muchas ocasiones han envenenado menores, que piensan que son comestibles. La casuarina, que los neófitos confunden con el pino, ni como sombra. De su parte, el almendro debe ser sembrado en playas o zonas costeras, por la gran cantidad de hojas que se caen, tapando los desagües en la época de lluvias.

Estoy totalmente de acuerdo con la siembra de la especie denominada mara o baria, ya que produce una sombra frondosa y sus hojas no se desprenden con facilidad. Lo mismo, creemos que la caoba, la mejor de todas las conocidas, debe primar en nuestras avenidas. De igual modo, creemos que la palma real antillana debe utilizarse en la ciudad por su majestuosidad, como por ser nativa.

Un ejemplar que debe ser descartado por la gran cantidad de hojas que se caen de sus ramas a todo lo largo el año, es el nim. Introducido hace unos treinta años en el país y el cual es apadrinado por la GTZ alemana. Cuánta ignorancia demostró la ciudadana, que ante la eliminación de un gigantesco nim, la confundió con una caoba centenaria.

En Puerto Rico se introdujo el pterocarpus proveniente del lejano oriente, especialmente de Tailandia, Indonesia y Malasia. En Kuala Lumpur las principales avenidas están adornadas con estos gigantescos árboles, los cuales ayudan a descender la temperatura ambiental de la ciudad. Creemos que en nuestra ciudad este tipo de árboles sería muy apropiado, al igual que el denominado roble ornamental.

Posiblemente la forma en que se realiza esta obra de remodelación botánica de la ciudad no sea la más adecuada, pues aunque se sustituyen especies en las que concordamos no son las idóneas, no es menos cierto que antes que devastar un parque en la ciudad para sustituir su arbolado, debiera el síndico y todo su equipo darse un paseo por la urbe, y observar la cantidad de árboles dañados y que están a punto de caer, con lo cual causan daños, afean y sí necesitan ser removidos. Para poner un ejemplo, en la avenida Bolívar casi esquina Cervantes, en Gascue, hace más de dos meses una fuerte brisa tumbó un árbol inmenso y todavía está sobre la acera impidiendo el paso de los caminantes y así aparecen en casi todas las calles de este sector ejemplares como éste.

Sin que esto constituya de parte nuestra un apoyo a todas las ejecutorias del síndico Salcedo, los cambios que ha hecho en cuanto a las especies de árboles seleccionados es totalmente correcta. Algún día los que hoy le adversan y se oponen a estos cambios, le reconocerán lo positivo que resultó para nuestra ciudad los cambios realizados.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas