El fin ulterior de esos trabajos es la publicación, para que la sociedad dominicana cuente con informaciones auténticas relacionadas con acontecimientos del pasado recientes

Voces anónimas, testimonios de batallas perdidas o revoluciones frustradas, comienzan a salir a flote a través de las investigaciones que realiza el área de historia oral del Departamento de Colecciones Especiales del Archivo General de la Nación (AGN).

Ese trabajo, que implica un riguroso programa de entrevistas en el que participan historiadores y sociólogos, comprende varios proyectos, entre esos «Voces del 14 de Junio» y «Voces de la Revolución de Abril de 1965».

El sociólogo Jesús Díaz, quien dirige el Departamento de Colecciones Especiales, manifestó que una de las misiones que tiene la historia oral es recuperar el testimonio de aquellos que no han podido contar sus experiencias porque han sido los grandes olvidados.

Al referirse a la recopilación de información sobre la Revolución de Abril de 1965 expresó que tienen 220 testimonios, no solamente de quienes estuvieron del lado de los militares constitucionalistas, sino de los que lucharon contra estos, «porque el interés es preparar una visión  integral de ese acontecimiento tan importante en la historia dominicana del siglo pasado».

El proyecto Voces del 14 de Junio ya cuenta con 80 entrevistas, con personas que nunca antes habían ofrecido declaraciones sobre ese intento de derrocar al dictador Rafael Leonidas Trujillo en 1959.

El fin ulterior de esos trabajos es la publicación, para que la sociedad dominicana cuente con informaciones auténticas relacionadas con acontecimientos del pasado recientes, explicó Díaz.

Pero en ese recorrido sin parar que realiza el equipo de historia oral, que interinamente dirige Pedro de León,  aparecen testimonios tan añejos como el de Dominga Padilla de la Cruz, una señora de 107 años, residente en El Seibo, quien aún recuerda las hazañas de «los gavilleros» durante la intervención militar norteamericana de 1916 a 1924.

«Ella nos habló de la resistencia de la primera invasión militar norteamericana, cuyos miembros se conocían como los gavilleros, pero en realidad eran patriotas que se oponían a la ingerencia extranjera.

«Es importante que la gente sepa con qué contamos, porque el AGN no es para conservar documentos solamente, sino para difundir la memoria del país.  Esta institución le ha dado sentido de futuro al pasado, la gente empieza a verlo como algo útil, no como un almacén de datos», expresó Díaz.

Otras colecciones valiosas

El Departamento de Colecciones Especiales maneja documentos de importante valor para investigadores y estudiantes. Entre estos, mapas y dibujos que datan desde 1723, así como fotografías de la colección del historiador José Gabriel García, de 1883, entre otros fondos fotográficos que abarcan hasta 1924.

Precisamente en el área de Fototeca, de la que está a cargo Rafael Bello, hay 5,000 fotografías catalogadas y descritas, y en ese mismo proceso alrededor de 50,000.

El rescate de las mismas se efectúa mediante un moderno mecanismo de digitalización e impresión. De hecho, el equipo de impresión reproduce imágenes a 44 pulgadas de ancho, con un papel especial que garantiza la perdurabilidad hasta 125 años.

«Tenemos imágenes  que se tomaron en Londres y París, y muchas de ellas se revelaron en el país con un rudimentario proceso que incluía el uso de clara de huevo, que le deja un color amarillento, y que es el equivalente al proceso de gelatina que se utiliza actualmente».

Pero los fondos de este departamento incluyen otras reliquias, como negativos en vidrio que se utilizaban en el siglo pasado. «Somos uno de los pocos fondos en América Latina y en el mundo que tiene negativos en cristal, en Europa los fondos más grandes son de 300 unidades, y nosotros contamos con 425».

Con relación a la Mapoteca, este departamento que dirige Edison Méndez tiene un fondo de 6,000 mapas, afiches y planos que se están inventariando y catalogando. En una segunda etapa se proyecta digitalizarlos para ponerlos al servicio de los usuarios.

El Área Audiovisual

En  la Unidad Audiovisual, que coordina Iván Henríquez, se lleva a cabo otro proceso de recopilación de producciones locales, con la finalidad de crear un fondo que represente el desarrollo audiovisual del país.

En tal sentido, Díaz expresó que  han establecido acuerdos con diferentes instituciones privadas y estatales, como la Corporación Estatal de Radio y Televisión (CERTV) y la Cinemateca Nacional, para conseguir diversas filmografías.

Dentro de ese proyecto mantienen conversaciones con varias emisoras de radio del país, para reproducir los noticieros, «que son documentos de gran valor para los investigadores».