El pais.Graficas del centro de Vacunación del Centro Olimpico, en foto Dr.Victor Arias.Hoy/Pablo Matos 14-5-2021
El doctor Arias está satisfecho, pese a las intensas jornadas
Pese al arduo trabajo que representa inocular contra el covid-19 a la más de 2 mil personas que asisten cada día al Centro Olímpico, el doctor Víctor Arias se siente satisfecho de poder servir a las personas en medio de la pandemia.
Arias, de 28 años, lleva ocho meses haciéndole frente al coronavirus, pues sus inicios fueron realizando pruebas del virus.
“Como tal ha sido un proceso agotador, pero satisfactorio porque además de tener vocación por la medicina, me gusta servir a los demás”, expresó.
Sin embargo, la labor le ha afectado física y emocionalmente, pues su jornada de vacunación inicia a las 6:30 de la mañana y todavía a las 7 de la noche está trabajando.
Entre las situaciones más difíciles que el médico ha tenido que sobrellevar está el distanciamiento con amigos y familiares, pues casi no tiene tiempo, y estudia los fines de semana.
“Estar lejos de mi familia, que vive en el interior del país, y no he podido ir a verla. Esa parte es muy sensible para mí porque somos una familia muy unida y ahí ese aspecto se ve afectado. Pero a través de la tecnología tratamos de tener una constante comunicación”.
Sin embargo, el joven médico ha tenido ocasiones en que ni su familia ha querido tenerle muy cerca debido a su trabajo.
“Sentir muchas veces que no te quieren cerca porque estás en la primera línea del covid, es muy duro”.
Pero también Arias admitió que lidiar con tantas personas, entre las que hay muchas que les han maltratado, le ha afectado de forma psicológica en algún momento.
“Algunos pacientes se molestan porque entienden que estamos para impedirle que se vacunen y sí queremos, pero dentro de las fases que corresponden”.
No obstante, indicó que siempre trata de transmitirle confianza al paciente, que le explica el proceso y trata de transmitirle sus conocimientos.
“Hay casos especiales, como aquellos pacientes que tienen fobia a las jeringas y debemos trabajarles la parte psicológica primero, y orientarles para que se sientan seguros de lo que estamos realizando, para luego vacunarlos y asegurarnos de que vuelvan a recibir la segunda dosis”.
Aunque es un héroe, como se le ha denominado a los doctores desde la pandemia, Arias tuvo que esperar alrededor de tres meses para recibir su primer salario.
“La espera para el primer salario fue muy difícil. Lo recibí tres meses después de estar laborando en la vacunación.”
A pesar de las dificultades el doctor recalcó que “a mí y a mi equipo nos llena de mucha satisfacción desempeñar este trabajo, porque ayudar es la mejor paga”.