El arte de escribir cuentos

El arte de escribir cuentos

DIÓGENES VALDEZ
El “yo”, que es la primera persona del singular, es la más comunicativa y confidencial de todas las voces narrativas. Es siempre (o casi siempre) una voz anónima, y por tanto, carece de nombre o de cualquier otra señal que la identifique. Tiene sí, la particularidad de que en forma invariable, es siempre un actor dentro de la historia que se cuenta, ya sea como protagonista de la misma, o como testigo.

El arte de escribir cuentos. Marcio Veloz Maggiolo, el más prolífico e importante escritor dominicano contemporáneo, en un interesante artículo publicado en un diario de circulación nacional, y que titula “Como en una novela”, refiriéndose a los personajes que intervienen en una narración, dice lo siguiente: Un personaje que se narra en primera persona puede narrarse a sí mismo y narrar a los demás. (El Listín Diario, 5-1-2005, sección A, pg. 11). La utilización de esta persona al narrar, es el recurso más fácil para cualquier escritor, especialmente para los bisoños, ya que se escribe, como si se estuviese hablando con alguien.

En narrador en primera persona, sobre todo si sobre él recaen las acciones protagónicas de la historia contada, da una mayor fuerza emocional al texto.

Cuando se narra en primera persona, se sobreentiende que lo hace desde un lugar privilegiado, ya sea en su condición de personaje principal o protagonista, o como personaje secundario, en este caso se le llama narrador testigo.

Narrador testigo. Es alguien que narra una historia, porque la ha presenciado, aunque no haya desempeñado en ella un papel de relevancia.

La utilización de un narrador testigo que incrementa la sensación de misterio dentro de la narración, creando una atmósfera cercana a la tragedia, sin embargo, plantea un problema técnico y es, que a veces es necesario dar al lector ciertas informaciones que el personaje de la historia tiende a desconocer, y quien tampoco tiene, una manera para hacerse de dichos conocimientos. Es entonces cuando el autor del cuento tiene que intervenir, creando un mecanismo que permita que el lector conozca, “aquello” que el personaje desconoce.

Alternancia de narrador en primera persona. En ocasiones, varios personajes dentro de una historia, toman la palabra por turnos, relatando cada uno su versión de los hechos. El ejemplo más a mano es Rashomon, de Ryonosuke Akutagwa. Lo mismo sucede con las otras personas del plural (vosotros – ellos), razón por lo cual sobre cualquier otro razonamiento adicional.

Cuando narra la segunda persona. Esta es una persona narrativa que no es muy frecuente halarla contando una historia y precisa, de una destreza inusual en el escritor que la utiliza, ya que traspasa la responsabilidad de narrar al lector. Cuando la segunda persona del singular sirve como vehículo de la narración, ocurre cierta empatía entre ella y el escritor, aunque a resumidas cuentas sea este último quien construya la historia. El lector, de una manera muy especial, funge como “medium” y cuenta, todo aquello que el escritor le confía. Hay, en cierto modo, un desdoblamiento que podría resumirse en la siguiente expresión: el que narra está, al mismo tiempo, siendo narrado por aquél que escriba la narración.

Cuando él (o ella) es quien narra. Esta persona narrativa será siempre un narrador externo, alguien que desde fuera contempla las acciones que ocurren dentro de la narración. Como no tiene una vida propia está imposibilitado hablar de sí mismo, y si existe, es porque los personajes que sufren o viven la historia contada, también existen. Esta persona tampoco podrá intervenir en el desarrollo de lo acontecido y le está vedado la utilización de la palabra “yo”.

Retomando el ya mencionado artículo de Marcio Veloz Maggiolo, hablando de la tercera persona narrativa del singular, expresa que: Un personaje narrado en tercera persona puede narrar únicamente a los otros, a no ser que el autor de la obra le permita entrar en aspectos de la narrativa anterior en la cual la cita con o sin comillas, introduce la interioridad que de una u otra manera el personaje pensó, hizo. (idem supra).

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