El arte de limpiar objetos de plata,
oro y platino

El arte de limpiar objetos de plata, <BR>oro y platino

En la mayoría de los hogares existen objetos de metales preciosos o semipreciosos, como la plata. Algunos sólo se utilizan en ocasiones muy señaladas, otros, continuamente. Todos, por mucho cuidado que se ponga en su conservación son agredidos por factores como la polución y los humos de la calefacción que terminan ennegreciéndolos.

Para lograr que conserven su aspecto original, lo primero es determinar qué tipo de manchas afectan a los objetos y, luego, saber que productos son más adecuados para su limpieza. Conviene tener presente que los objetos cincelados requieren más cuidado a la hora de limpiarlos.

En estos últimos casos, después de aplicarle el producto de limpieza hay que frotarlos con un cepillo de uñas para eliminar los posibles restos del producto empleado para su limpieza. Hay que hacerlo con cuidado para evitar que acaben rayándose o adquiriendo manchas que afeen su aspecto.

En todas las circunstancias hay un producto casero que usted puede preparar y aplicar para mantener siempre limpios sus objetos de plata. Y, no lo olvide, los preparados caseros además de ser más ecológicos y prácticos, contribuyen a calmar los nervios.

Por eso muchos psicólogos recomiendan matar el tiempo con actividades manuales. Cuando no sé es capaz de concentrar la mente en nada; cuando ni la lectura, ni la música nos entretiene, la limpieza de los elementos de plata de la casa se convierte en un perfecto refugio. También constituye, para muchas personas, una afición muy placentera.

Productos caseros: realizar una mezcla con alcohol, limpiamateriales y agua, a partes iguales; oxicloruro de bismuto disuelto en alcohol es otra fórmula muy eficaz. En ambos casos debe quedar un líquido cremoso, con el que se frotarán y abrillantarán los objetos de plata.

También se pueden limpiar los objetos de plata con el agua empleada para hervir patatas o espinacas. Resulta especialmente adecuada para sacar brillo a los objetos que no tienen muchas manchas.

Por el contrario, si están muy sucios, sumérjalos en una solución de amoniaco y agua caliente, a partes iguales, déjelos en reposo unos minutos y, luego, séquelos bien con un paño y frótelos para sacarles brillo.

CÓMO LIMPIAR Y ABRILLANTAR RÁPIDAMENTE

Otra fórmula muy eficaz consiste en: una cucharada de vinagre de alcohol, un puñado de sal gorda, un chorrito de detergente de lavavajillas y un litro de agua caliente. Se sumergen las piezas a limpiar en este producto durante quince minutos y luego se aclara con agua jabonosa.

Cubiertos: si al sacarlos del estuche se encuentran excesivamente mates, un buen remedio consiste en hervirlos en una cazuela con agua caliente. La suciedad subirá a la superficie y los cubiertos quedarán limpios y brillantes.

Para evitar que los cubiertos de plata se rayen deben guardarse en un estuche que contenga muletón suave. No se deben meter en lavaplatos, a menos que se encuentren protegidos por un barniz especial.

Candelabros: si tienen restos de cera, nunca hay que intentar quitarlas con las uñas, lo único que conseguirá será rayarlos. Ponga dos cacerolas con agua a hervir y sumérjalo, primero en una de ellas para eliminar la suciedad y después, en la otra, para que quede brillante. Secar con un paño y lustrar con una bayeta.

Cómo limpiar la plata: sumerja los objetos en un recipiente con un poco de sosa y varios trozos de papel de aluminio; añada agua hasta cubrirlos todos (el polvo y la suciedad se depositarán en el aluminio), luego, cúbralos con agua caliente y séquelos. Después, límpielos con un trapo impregnado en un protector específico de larga duración.

Limpieza rápida: para sacar brillo de forma rápida eche unas gotas de aguarrás sobre un trozo de algodón y frote los objetos con él. Luego, aclare muy bien.

Otra opción: ponga una parte de sosa por cada 20 de agua y eche la mezcla en una cazuela de aluminio. Meta y saque la plata en la solución, después aclárela en agua caliente y séquela.

Cómo preparar trapos para limpiar la plata: haga una solución de 10 partes de agua fría, 2 de amoníaco para uso casero, y una de un abrillantador de plata de larga duración. Corte varios trozos de algodón y empápelos en la mezcla, luego déjelos secar. Este sistema es ideal para limpiar joyas y cubertería.

No utilice productos caseros en objetos de plata que tengan piedras; se podría aflojar el engarce. Si utiliza y lava la plata de forma regular, no hace falta abrillantarla a menudo.

Arañazos pequeños: se quitan con óxido de hierro. Jamás envuelva objetos de plata en plástico, pues la condensación podría deslustrarla, hágalo en papel de periódico, especialmente cuando vaya a guardarlo por mucho tiempo.

PLATA TALLADA

Cuando limpie objetos de plata con un producto químico procure no dejar residuos del mismo sobre la plata, se deslustrará más rápidamente. Límpiela siempre cerca de una ventana abierta, ya que la plata al limpiarla desprende unos gases sulfurosos muy perjudiciales para la salud.

Para limpiar piezas de plata tallada utilice unos cepillos especiales que se venden sólo para la limpieza de la plata y úselo sólo para esto. No utilice nunca un cepillo de dientes o una brocha. Podría rayar la superficie.

Para chapado emplee un cepillo especial que puede obtener en una joyería, o un cepillo de dientes infantil para llegar a los huecos de los objetos grandes. Para limpiar los surcos profundos envuelva el extremo de un palillo en algodón, mójelo en un líquido para limpiar plata y páselo por todos los recovecos, luego, aclare muy bien con agua limpia.

ORO Y PLATINO

El platino: no se decolora ni le afectan los ácidos. Sin embargo, también requiere ser limpiado de vez en cuando. Límpielo con una solución de detergente o de jabón y séquelo con un trapo. No toque un objeto valioso de oro más que para quitarle el polvo suavemente con un trapo limpio y seco, o con una gamuza. Los trapos normales pueden tener partículas minúsculas de polvo que dañarían el metal. Lo aconsejable por los especialistas es llevarlos a una joyería para su limpieza.

En el caso de que no estén muy sucios basta hervirlo con un detergente suave y unas gotas de amoniaco, siempre y cuando no tengan piedras engastadas o perlas.

Otra solución casera es sumergir las piezas en alcohol, dejarlas durante unos minutos, luego frotar con un cepillo suave y dejarlas secar al aire.

Piezas de oro: el oro de pocos quilates deslustrado puede limpiarse con un protector de plata de larga duración. Cuando no lo utilice a menudo, envuelva los objetos en gamuza o en papel de seda antiácido.

Superficie grabada: para limpiar objetos de oro de este tipo utilice un cepillo de dientes suaves y frote con movimientos en línea recta, nunca circulares, saque brillo con un trapo suave o una gamuza. EFE REPORTAJES.

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