El arte dominicano necesita una creciente proyección que se relacione con su abundancia y su constante evolución, tanto en las figuras magistrales como los jóvenes talentos.
Por más que queramos tranquilizarnos afirmando una cada vez mayor difusión fuera de nuestras fronteras, todavía falta mucho para que curadores y creadores nuestros estén presentes en la escena internacional, y principalmente en Europa. Desde hace varios años, en el contexto de la Feria Internacional de Arte Latinoamericano y Exposición intitulada Etnia, algunos artistas dominicanos, jóvenes casi todos, han expuesto en Bruselas, no solamente capital de Bélgica, sino de la Unión Europea.
Ese Espacio Latinoamericano que también llaman ELA se sitúa en el Espace Wallonie, de magnífica ubicación en el mismo centro histórico y a pocos pasos de la famosa Gran Plaza.
El evento ha alcanzado su undécima edición, demostrando un progreso paulatino en su aura y calidad. Empezó de manera muy modesta y tradicional y, al filo de una década, ha desarrollado su convocatoria y la ha actualizado, integrando corrientes contemporáneas. Hoy, dialogan pintura categoría muy mayoritaria, escultura, dibujo, grabado, fotografía y video, enviados desde los diferentes países del continente, de modo personal o con el apoyo de los ministerios de Cultura y de las embajadas, como ha sido el caso de la representación dominicana en el 2011, asumida por el Ministerio de Cultura, el Museo de Arte Moderno y la Embajada en Bruselas.
País invitado e itinerancia. Cada año se convida a un país con una presencia de contundencia particular: artistas magistrales vivos o fallecidos considerados como invitados especiales, además de una veintena de artistas elegidos por una institución u organismo nacional. No cabe duda de que el Espace Wallonie apenas puede responder a su desarrollo natural y que, en el futuro, va a requerir más superficie, más paredes, para acoger países y artistas ansiosos de una oportunidad única de participación. ¡Las ferias exposiciones exitosas, hasta las de mayor envergadura, confrontan ese problema de concentración y configuración!
Ahora, el país invitado es República Dominicana. Esa designación se debió al hecho de que la presidenta de Etnia, doña Luz Elena Iturralde, estuvo en Santo Domingo el pasado año, coincidiendo con la inauguración de la Trienal del Caribe. Seducida por el Museo de Arte Moderno y el arte dominicano, ella propuso a nuestro Ministerio de Cultura que República Dominicana tuviese el honor de ser el país invitado especial en el 2011. Y así se logró
Los grandes dominicanos exhibidos son Darío Suro con dos pinturas y un dibujo de tres épocas diferentes y Ada Balcácer con tres pinturas, una de los 80 y dos recientes o sea una impresionante pequeña muestra magistral. El núcleo de artistas emergentes o confirmados asciende a 21, con una obra cada uno entre pintura, dibujo, fotografía, video y (una) escultura, a los cuales se agregaron artistas seleccionados desde Nueva York y otros residiendo en el exterior. Este conjunto, cuidadosamente elegido y exhibido en la segunda planta del local, ofrece una primera idea de la riqueza y la diversidad del arte dominicano.
Señalaremos que Etnia se ha convertido en exposición itinerante: junto a sus compañeras del continente, las obras dominicanas viajarán, después de Bruselas, a Lieja, Nivelles, Tournai en Bélgica, a Luxemburgo y finalmente al Museo Lakma de Amersfoort en Holanda. Ha sido el fruto de un intenso y ejemplar esfuerzo para ampliar la difusión del arte latinoamericano.
Éxito de la inauguración. No quisiéramos pecar por exageración, pero cada vez que Santo Domingo participa destacadamente en un evento internacional, el ambiente se vuelve alegre y reina una especial animación. Acaba de suceder en la apertura formal de Etnia La Embajada Dominicana, encabezada por el embajador Alejandro González Pons y su esposa Sulamita, colmó de atenciones a los presentes y se involucró totalmente. Una concurrencia sorprendentemente numerosa y divertida llenó los salones, obviamente satisfecha de lo que veía, pero el alborozo subió varios tonos cuando tocaron los músicos dominicanos… cuando el merengue se escuchó y se bailó.
Hubo, por supuesto, muchos discursos, seguidos con atención, lo que no es usual. Aparte de las obras de arte, que no siempre ocupan el primer lugar en un acto definitivamente social, un inmenso bizcocho llamó la atención y los paladares: el público admiraba las reproducciones de cuadros ¡en chocolate belga elaborado con cacao dominicano! Ahora bien, cada comensal se prometía volver para disfrutar los cuadros reales con calma.
Ciertamente la calidad de las obras criollas se impone en comparación con muchas otras de países latinoamericanos. El modo de selección, en este caso institucional, lo explica y justifica.
A ese respecto, Etnia debe exigirse un mayor rigor de curaduría y atraer a creadores significativos y fehacientes, aunque ciertamente la admisión final ha mejorado al compás de las ediciones. Este Espacio Latinoamericano en Bruselas va cobrando su merecida y creciente importancia, pues propicia una oportunidad excepcional a los artistas de la región, demasiado ignorados y olvidados. Esto se lo agradecemos enormemente a Etnia y a su presidenta Luz Elena Iturralde, que felizmente no cree en las misiones imposibles.
La frase
Alejandro González Pons, embajador dominicano ante la Unión Europea
Es un espacio ideal, ya reconocido, para la exposición y la promoción de nuestra cultura en Europa, resultado del esfuerzo y del trabajo encarnizado de madame Iturralde y de su equipo, hacia quienes se dirige todo mi reconocimiento.