El arte en el año 2009

El arte en el año 2009

Cuando termina el año, solemos recordar los hechos y logros, tanto individuales como colectivos e institucionales, que más se destacaron en las artes visuales.  Si bien algunos son incuestionables, otros, como en toda selección o premiación, parecen preferencias personales, aparte de que la apreciación artística incluye por definición elementos subjetivos.

 Ahora bien, el consenso es mayor en lo concerniente a las deficiencias que han de corregirse y las necesidades que apremian para que el arte siga avanzando. No se trata solamente de estimular la producción y los recursos de quienes organizan, crean, realizan las obras, sino también de mejorar la información y el disfrute de quienes las deberían recibir y disfrutar. Año tras año hay anhelos que se repiten, otros específicos al período y las circunstancias atravesadas, teniendo en cuenta además que va a ser un año difícil para todo y todos económicamente.

Una situación.  En época de crisis, uno de los primeros sectores golpeados es el sector del arte, considerado como secundario, sino superfluo en relación con las necesidades primordiales. Adquirir un cuadro siempre puede aplazarse, los artistas enfrentan la morosidad del mercado y la falta de disponibilidades financieras. Con valentía, ellos proponen y exponen, pero la respuesta escasea.

Las galerías formales –pocas en nuestro medio- a duras penas se sostienen para continuar funcionando. Las subastas de arte obtienen pobres resultados. Se ofrecen “oportunidades”, o sea rebajas considerables, hasta para obras de maestros, lo que distorsiona aún más un mercado confuso, con precios aparentes excesivos y reales deprimidos. Más que los particulares, son las colecciones, empresas e instituciones que podrán contribuir a aliviar esta situación. Sucedió en el 2008, las previsiones para el 2009 siguen iguales o más dramáticas, y ojalá surjan iniciativas alentadoras…

En estas condiciones, las Bienales constituyen una fuente de esperanzas, incentivan la creatividad e indudablemente dinamizan el ambiente artístico. La Bienal Nacional de Artes Visuales cronológicamente debería celebrarse este año y, a pesar de las críticas que siempre suscita, reúne un potencial considerable y atrae a la mayor cantidad de creadores jóvenes. Otra Bienal local, al mismo tiempo homenaje a Silvano Lora y singular en sus propósitos de incentivo popular, va a ser la Bienal Marginal, prácticamente programada. Esta verdadera resurrección enfrentará su renacimiento, pero sin su entusiasta fundador y gestor -que hace tanta falta por su energía, sus convicciones y sus acciones- y su experiencia.

Aunque todavía improbable, no se pierde todavía la esperanza de una Bienal del Caribe… que se celebró por última vez hace más de cinco años. El evento, que por fin dio vigencia a la República Dominicana como nación de arte en el Caribe y Centroamérica, provoca interrogantes de los países de la región, e incontables son los artistas e instituciones, colectividades y encuentros artísticos, aun en otros continentes, que hacen preguntas –no siempre favorables- al respecto… No cabe duda de que debe reanudarse, pero con presupuestos y pretensiones acordes con los tiempos. De no celebrarse este año, la Bienal del Caribe tiene que convocarse ya, pues doce meses apenas bastan para preparar un acontecimiento de esa envergadura y complejidad.

No solamente grandes celebraciones despiertan el interés del público, lo educan y lo orientan, sino también una información permanente acerca de las actividades artísticas en general.

Si bien es cierto que la prensa dominicana se muestra receptiva y publica notas, la crítica de arte, los comentarios, las crónicas aun, sufren de una creciente falta de espacios. Así mismo, salvo honrosas excepciones, las ediciones especializadas han desaparecido. Olvidada, está la época en la que casi diariamente se publicaban textos sobre arte y rivalizaban los suplementos semanales !incluyendo a los autores! en esa materia. Y la crítica de arte se leía…

¡Ahora bien si no se vende arte, el arte no vende! Desgraciadamente prima un criterio económico cuando el argumento de la difusión cultural debería dominar, y que el  público  se interese más en las artes.

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Obras de arte

En cuanto a la producción de obras de arte, existe una auténtica inquietud respecto a categorías que decaen paulatinamente.  

Nos referimos a la escultura y al grabado. Su suerte está vinculada estrechamente a la falta de oportunidades en el mercado del arte: materiales y equipos que  cuestan mucho, por eso se exige una especial dedicación.

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