POR MIRFAK ROWLAND
Respiración forzada, acompañada de una terrible tos y la sensación de dificultad al respirar son algunos de los síntomas que acompañan a una enfermedad crónica que afecta en un 50 por ciento de los casos a los varones menores de 10 años.
El asma, como es conocida mundialmente, es un terrible padecimiento producido por diversas causas, que van desde factores hereditarios hasta alergias a ciertas comidas y bebidas (nueces, jugo de naranja, pescado), a productos (pintura, sprays, perfumes, desodorantes) o a la exposición al polvo de las alfombras, cortinas, muebles de tela, escobas y demás componentes naturales y artificiales como el humo de los vehículos y del cigarrillo, almohadas de plumas, cambios en la temperatura y de humedad, entre otros.
Según especialistas, esta enfermedad también puede presentarse en momentos en que la persona sufre algunas infecciones como la gripe, catarro, dolor de garganta, bronquitis y amigdalitis o situaciones en donde el miedo, el enojo, la frustración o la alegría en exceso se apoderan del individuo.
Estos expresan que cuando el asma ocasiona problemas de respiración, la persona experimenta un ataque de asma o un episodio asmático. Durante un ataque, pueden ocurrir tres cambios importantes en los pulmones: Las células de las vías respiratorias producen más mucosidad que lo normal. La mucosidad es espesa y pegajosa y tiende a obstruir las vías de aire, las células en las vías respiratorias se inflaman y ocasionan hinchazón en las segundas y los músculos alrededor de las vías respiratorias se estrechan. Estos cambios ocasionan que las vías respiratorias se estrechen y dificulten la respiración.
Destacan como señales más comunes, la sensación de constricción en el pecho, respiración forzada, tos sibilante, impaciencia al descansar o insomnio y falta de aire en los pulmones.
Para prevenir el asma, los médicos recomiendan evitar tener contacto directo con los factores que la producen, no dejar la medicación aun cuando se encuentre en buen estado de salud, no consumir aspirina e investigar si hay factores hereditarios para poder controlar el padecimiento.
En cuanto a los medicamentos, éstos generalmente se administran por medio de inyecciones y algunas veces por la vía oral. La mejor manera de emplear estos medicamentos consiste en inhalarlos directamente hacia las vías respiratorias.
El fármaco se mezcla con el aire para formar un aerosol, y los adultos y los niños mayores inhalan el medicamento por medio de un inhalador. Los niños menores de cinco o seis años a menudo no son capaces de usar el inhalador, por lo que utilizan lo que se conoce como nebulizador.
Los especialistas plantean que el asma puede mejorar con el avance en la edad. Algunos niños asmáticos mejoran cuando cumplen 14 o 15 años. Quizá esto debe a que el tamaño de sus vías respiratorias aumenta y pueden respirar con mayor facilidad. Sin embargo, muchos niños no mejoran a medida que crecen, y es importante que un médico atienda a su hijo si éste padece asma.
De interÉs
El asma resulta en 2 millones de visitas a la sala de emergencia y 5.000 muertes anuales a nivel nacional en los Estados Unidos.
En esa misma nación, el asma contribuyó a más de 14 millones de días de ausencias escolares en el año 2000.
Los costos del asma en Estados Unidos (costos médicos y baja productividad) resultaron en $14 mil millones en el 2002.
Aproximadamente 2 millones de hispanos en los Estados Unidos tienen asma y en un 80 por ciento afecta a los puertorriqueños.
El niño asmÁtico, ¿CÓmo ayudarlo?
Una regla muy importante si su hijo padece asma es que nadie debe fumar dentro de su casa.
Es mejor no tener mascotas en la casa. Si su familia no es capaz de deshacerse de una mascota, será conveniente mantenerlo fuera de la casa y bañarlo con mucha frecuencia.
Usted deberá tratar de mantener su casa tan libre de polvo como sea posible, debido a que las alfombras y los tapetes alojan grandes cantidades de polvo.
El colchón de su hijo debe tener una cubierta de plástico y su almohada debe ser de fibras sintéticas, no de plumas ni de pelo suave.
Lave su almohada y cobertores, por lo menos cada mes, y sus sábanas cada semana.
Mantenga la humedad dentro de su casa al 50% o más baja. El aire acondicionado es útil para este propósito.