El homenaje nacional para George Herbert Walker Bush, el expresidente estadounidense fallecido el viernes a los 94 años, comienza este lunes con la transferencia de su ataúd de Texas a Washington a bordo del avión presidencial, ofrecido por Donald Trump para la ocasión.
Al igual que Gerald Ford (2006), Ronald Reagan (2004) o Richard Nixon (1994) antes que él, el 41º presidente estadounidense será enterrado según el protocolo de funerales del Estado, organizado con precisión militar por la fuerza del Pentágono a cargo de la protección de la capital.
El republicano George H. W. Bush había dicho que no votó por Trump en 2016 y lo tachó de “pretencioso”, pero el actual inquilino de la Casa Blanca tiene la intención de rendirle todos los honores. Pidió que el Boeing 747 presidencial, apodado Air Force One cuando el mandatario está a bordo, vaya a buscar el ataúd en Texas para llevarlo de regreso a Washington.