El gobierno presiona en el Congreso la aprobación del presupuesto suplementario, aun violando leyes y reglamentos, como el de declararlo de urgencia sin contar con las dos terceras partes de los votos necesarios, lo que crea situaciones que pudieran conducir a una impugnación de esa ley por parte de la oposición ante la Suprema Corte de Justicia.

¿Por qué el apuro? Porque la principal partida, por mucho, en ese incremento del gasto público (los RD$3.7 mil millones sobre un incremento total de RD$3.9 millones es decir el 95% del incremento en el presupuesto) lo representa el ingreso al fisco de recursos procedentes de la venta a PDVSA, una agencia del gobierno venezolano, del 49% del capital hoy en manos del Estado en la Refinería Dominicana de Petróleo.

Pero resulta ser que hace como dos meses que ya el Congreso dominicano aprobó el contrato de esa venta y todavía es el día en que no se han aparecido por el país los funcionarios de PDVSA quienes tienen que votar, entre otras cosas, a favor de la reestructuración del Consejo de Administración de la Refinería para incluir en él a funcionarios venezolanos. Esa medida, entre otras, son requeridas para que los venezolanos inicien el pago, a favor del Estado dominicano, del valor de las acciones vendidas, lo que tomará la forma de no cobrar la parte no cubierta por el crédito de Petrocaribe del valor de los próximos tres o cuatro embarques de petróleo crudo, hasta que de esa manera el Estado reciba su plata a través de la Refinería.

Si los venezolanos siguen sin llegar, es difícil que ese complejo mecanismo aporte los recursos al Estado antes de fines de año, en cuyo caso el proyecto de presupuesto suplementario no tendría sentido, excepto para poner en ejecución la reducción de gastos en casi todos los departamentos del gobierno.

Por otro lado, el presupuesto del 2011 tiene características preocupantes. Los pagos a empleados y la cobertura de bienes y servicios de la inflada burocracia ascenderán a RD$110 mil millones, lo que representa un 40% de todos los ingresos tributarios. En otras palabras, por cada peso que cobrará el gobierno en impuestos el año que viene, un 40% se irá para este tipo de gastos. Pero otro 40% se irá en pagos de intereses de la deuda interna y externa, lo que quiere decir que por intereses ya se paga lo mismo que por sueldos, quedando tan sólo RD$55 mil millones para inversiones, es decir, un 20% de los RD$274 mil millones de ingresos tributarios.

El año que viene habrá que repagar RD$64 mil millones por concepto de amortización tan sólo de capital de la deuda interna y externa. Como no hay con qué hacerlo, pues aun con la eliminación de los RD$55 mil millones de inversión no habría con qué pagarlos, el  gobierno tiene que tomar prestado por lo menos RD$64 mil millones para repagar los RD$64 mil millones que vencen el año que viene. Pero para ese año el gobierno proyecta tomar prestados RD$97 mil millones, por lo que la deuda del país aumentará el año que viene en RD$33 mil millones. Aun más intereses que pagar en el futuro cercano. La nómina seguirá subiendo y los intereses de la deuda también. ¿En cuánto tiempo ambas partidas equivaldrán al 100% de los ingresos tributarios?