El auge de los escritores nórdicos de novela negra

El auge de los escritores nórdicos de novela negra

En estos primeros años del siglo XXI se está produciendo un notable auge de las novelas negras de género policiaco, escritas por los novelistas de origen nórdico de Europa, estimulados por la increíble popularidad que mantienen las tres novelas escritas por el malogrado escritor sueco Stieg Larsson.

Los escritores suecos fueron los primeros que volcaron en la novela negra todo su malestar que engendraba el estado de bienestar social que vivían los suecos, creando un ambiente de una sociedad corroída en sus cimientos, donde se originaban casos que ameritaban la actuación policial.

Los precursores en 1965 de la novela negra de asesinatos, intrigas y debilidades humanas, fue la pareja sueca de Maj Sojwall y Per Wahloo, que más luego sirvieron de punto de partida de otros escritores suecos, que como Henning Mankell en la década del 90 con su personaje de Kurt Wallander, llevaron la novela negra a su gran aceptación y máxima demanda, que continúa en este siglo, con la intrusión de otros escritores suecos o de origen nórdico.

Esos escritores en este siglo XXI se han ido adueñando de las simpatías del mundo, primero de Europa, luego de Norteamérica, y ahora de los hispanos, en donde el grueso de las traducciones las encabezan las editoras españolas. No hay dudas que Henning Mankell transformó por completo la tradición del novelista negro, que han tenido su consolidación con las tres novelas de Millenium de Stieg Larsson, que se mantienen desde hace meses en el tope de la popularidad en todos los países.

En otros países nórdicos, Noruega, Islandia y Dinamarca han estado surgiendo escritores, que traducidos al español, cautivan con su prosa sencilla, sin un lenguaje rebuscado y dándole a sus protagonistas dimensiones humanas, que van desde su descuido en la alimentación, de sus enfermedades gástricas, de sus diabetes, depresiones, apego a la bebida, descuido al vestir y desórdenes familiares sin estabilidad en los hogares, pero con una aguda y admirable capacidad investigativa para conducir paso a paso a despejar los casos más complejos de asesinatos.

Otros suecos como Asa Larsson, Camilla lackberg, la de más notoriedad en este año, Liza Marklund, Arne Dahl, Val McDermid, Hakan Nesser, y Jens Lapidus, también el islandés Arnaldur Indridason, el escocés lan Rankin, y entre los noruegos Jo Nesbo y K. O. Dahl.

El arraigo de estos escritores nórdicos, provenientes de países de altos ingresos sin pobreza, prosperidad a todos los niveles, es que al tiempo que rebuscan las lacras de sus sociedades, nos presentan en un lenguaje sencillo, nada rebuscado a sus personajes, con rasgos humanos y normales, nada de superhéroes, ellos (los policías) a veces piensan dejar de ser investigadores, casi nunca utilizan sus armas de fuego, quizás al final de la novela.

Hay excelentes escritores norteamericanos del género. Hay un italiano Andrea Camillero, que a la par de los nórdicos, desarrolla sus novelas con el inspector Montalbano, que atrae por lo ágil y ameno de su prosa, obligando al lector a no dejar el libro hasta su conclusión.

Ya muchos de esos libros de autores nórdicos se encuentran disponibles en la librería Cuesta, y en la medida que su popularidad se arraigue en el mundo hispano, más seguidores preferirán la novela negra del siglo XXI.

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