El aumento salarial de un 15 por ciento  en beneficio de los profesores, es  un paso de justicia para un sector laboral que tiene grandes responsabilidades con el porvenir del país.

La  disposición debe ser el paso inicial hacia cambios sustanciales en pro del mejoramiento del estatus económico de los profesores, como  parte de un proceso más amplio de mejoramiento de la enseñanza.

Es inútil pretender un buen rendimiento cuando el recurso humano encargado de servicios tan exigentes  como la enseñanza viven bajo estrechez económica, entre otras cosas por falta de una paga más o menos justa.

La decisión, que se produce en momentos en que las finanzas públicas no están en condiciones óptimas, viene a saldar una vieja deuda con el magisterio

 Es necesario que el Gobierno haga especial énfasis en afianzar otras reivindicaciones sociales en beneficio del maestro, como por ejemplo el seguro médico, que ha estado sometido a escándalos.

La marcha hacia una mejor enseñanza necesariamente tiene que empezar en garantizar  condiciones adecuadas para que el recurso humano pueda desempeñar su función.

Aplaudimos este acto de justicia y abogamos que sea el inicio de una marcha hacia  mejoras más profundas.

Feminicidio imparable

Las autoridades de esta sociedad no pueden permanecer de brazos cruzados ante un feminicidio imparable que ya ha cobrado cerca de cien víctimas en lo que va de año.

No se ha visto voluntad política para mejorar la protección de aquellas mujeres que han denunciado amenazas y maltrato de parte de sus parejas o ex parejas, y que generalmente pasan a la lista de víctimas.

Hay que tomar medidas que garanticen el alejamiento del agresor. Tras una denuncia de agresión o amenaza hecha por una mujer, la autoridad debería garantizar que el potencial victimario se mantenga a distancia.  Hay brazaletes especiales que permiten conocer la ubicación de una persona y que pueden ser impuestos a los hombres que agredan a sus mujeres.

La respuesta al feminicidio imparable no puede ser el simple silencio.