El aumento del petróleo cambia las proyecciones económicas de 2018

El aumento del petróleo cambia las proyecciones económicas de 2018

Lo del petróleo es un juego de suma cero, cuando aumenta ganan los que exportan y pierden los importadores. Sucede lo contrario si el precio baja. El país ha vivido ambos escenarios, revisemos los resultados.
De 2012 a 2014 por el barril de crudo y derivados pagamos un precio medio de 78.83 dólares, bajó a 42.13 dólares de 2015 a 2017. La caída de 47% facilitó el endeudamiento público, fue un viento de cola para el crecimiento de la economía, agregó varias décimas, y favorable para la recaudación del gobierno, por los ingresos adicionales que generaron el aumento del consumo de combustibles y del PIB.
Además, el país ahorró US$2,168 millones por la reducción de 37.70 dólares en el precio de los combustibles aplicado a los 60 millones de barriles que los dominicanos consumimos en un año, alrededor de 164 mil barriles cada día.
El panorama ha cambiado, el crudo está en alza y los efectos comenzarán a sentirse durante 2018. La realidad es que comenzamos a andar el camino del club de perdedores desde el 10 de julio 2017 cuando se cotizó en 44.4 dólares. Durante los primeros quince días de este año se ha mantenido por encima de las previsiones del gobierno, que hizo sus números pensando en un precio medio de 49.20 dólares el barril WTI, para lo que la cotización deberá situarse entre 55 y 60 dólares. La mala noticia es que el pasado viernes se encareció a 64 dólares, dos veces y algo los 29 dólares de final de enero 2016.
Para los expertos andará alrededor de 70 dólares, como a final de 2014. El mayor pago por los combustibles abultaría nuestra factura en US$600 millones en 2018, comparado con lo que se ha previsto en las proyecciones económicas, que deben revisarse en marzo si se mantiene el repunte de precio. El caso de las finanzas públicas, los ingresos se reducirían, menor sería la recaudación por combustibles, de manera particular el impuesto fijo (Ley No.112-00) por galón, que no lo compensaría un aumento por ad-valorem de 16% (Ley No.495-06). El gasto fiscal aumentaría, porque mayor sería el subsidio al sector eléctrico. Al final, diferente valores tendrían el déficit fiscal y el endeudamiento público neto del 2018.
No tendría sentido ni utilidad práctica dejar las proyecciones con base a un precio medio del petróleo, que temprano en el año ha sido superado por la realidad, y cuando las tendencias del mercado apuntan a que no cederá. De dejarse igual distorsionaría la política económica.
Para pagar los US$600 millones adicionales de la factura petrolera de 2018, la alternativa es usar reservas internacionales. En este momento juega en favor de la economía que las autoridades monetarias han actuado con prudencia, desde hace tiempo adoptaron la política de acumular reservas internacionales, explica que las netas en 2017 hayan cerrado en un nivel record de US$6,780.4 millones, equivalentes a 8.7% del PIB, a 4.5 meses de importaciones, incluyendo zonas francas, y a 5.6 meses de importaciones excluyendo zonas francas. Es lo que ha blindado el peso dominicano ante cualquier shock, como el petrolero al que me he referido.

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