Después del Estado, consideramos nosotros es el señor José Luis Corripio Estrada (Don Pepín), el mayor empleador en la República Dominicana, a través de sus múltiples empresas.

Durante el encuentro que sostuvo el presidente Danilo Medina con los periodistas que cubren la fuente noticiosa del Palacio Nacional, abogó el mandatario porque se realice en estos momentos un aumento general de salarios.

Fue categórico el presidente Medina cuando aseguró que con un salario o sueldo de RD$10,000.00 (diez mil pesos), no puede vivir una familia, y agregamos nosotros, por más pequeña que sea.

Don Pepín Corripio dijo en ese sentido: “Lo veo no solo razonable y correcto, sino que es justo”. Fue su respuesta al ser preguntado por periodistas.

Pero fue más lejos Don Pepín cuando en otra parte de sus declaraciones manifestó que las empresas se favorecen cuando los empleados tienen mayor poder adquisitivo. Ahora bien, el presidente Danilo Medina debería dejar la bola en la cancha del empresariado nacional, y disponer mediante un decreto, un aumento general de sueldos y salarios en la administración pública, y no de vez en cuando manifestar que una familia no puede vivir con diez mil pesos, sin embargo, pasa el tiempo y todo sigue igual.

Hace uno o dos años que los dirigentes empresariales se comprometieron con los dirigentes sindicales a revisar las escalas salariales, y aún se discute.

Ahora, tras este nuevo impulso por mejorar los salarios de obreros, trabajadores, empleados públicos, lo que deberá incluir a guardias y policías, el empresariado por vía de la señora Laura Peña Izquierdo, presidenta de la Asociación de Jóvenes Empresarios (ANJE), condicionó que para hacer efectivo un aumento de salarios, el Estado debe mejorar las condiciones operacionales y laborales del sector empresarial.

Habló de solucionar problemas “como el tema de los impuestos que pagamos, de los anticipos, el ITEBIS”, entre otros.

Con ese condicionamiento hecho por los empresarios, queda claramente establecido que el tema de aumento salarial seguirá dando vueltas; mientras el tiempo corre y el desgaste físico de obreros, trabajadores, empleados públicos, guardias y policías sigue, y sus deprimidos sueldos y salarios rinden cada vez menos, ante la escalada alcista de los precios en los artículos de consumos básicos.