El azúcar y el TLC

El azúcar y el TLC

Frente a la crisis económica que padecemos desde el más pobre hasta el más pudiente, es una necesidad el hecho de que tenemos que aumentar nuestros ingresos de divisas, con un aumento sostenido de la producción, a fin de paliar esta tara peligrosa y amenazante que es la inflación.

Entre todas nuestras fuentes de producción, tenemos la que otrora fue la espina dorsal de la economía nacional, la fabricación y exportación del azúcar, quehacer donde tenemos mayor experiencia y extraordinaria tradición, la cual data de más de cuatro siglos. Es por eso que sugerimos, recomendamos, y pedimos a nuestros negociadores del Tratado de Libre Comercio con los EUA, que lo tengan como el líder de nuestros productos agrícolas, para que dentro de los acuerdos que resulten, nuestra cuota sea elevada a 400,000 toneladas en el mercado preferencial del azúcar de los EUA, efectiva en un plazo no mayor de cinco años. Contratar bien es una obligación patriótica, responsabilidad de la comisión negociadora del TLC, elevar la cuota es crear nuevos empleos, disminuir el costo de la prima del dólar y por tanto hacer más fácil la vida de los dominicanos, pudiendo conllevar esto al enriquecimiento del bien común a que somos acreedores, lo cual se nos ha negado en los últimos años.

Sabemos jugar béisbol, de ahí nuestros resultados en los escenarios de las grandes ligas, así como jugamos pelota muy bien, dominamos la tecnología de la producción de azúcar; el precio de este producto en el mercado preferencial de los EUA, es considerablemente mayor que el ofrecido por el mercado común en sus cotizaciones diarias, de manera que el aumento de nuestra cuota representa un incremento de gran magnitud en los ingresos de divisas. Ya el azúcar no es la espina dorsal de la economía, pero puede ser el mejor y más inmediato de los productos para la exportación, que podemos encaminar con éxito por ante el TLC, y es una manera directa de beneficiarnos del subsidio norteamericano a sus productores agrícolas..

Es una necesidad nacional que el país utilice todos sus recursos para aumentar la producción y la productividad, sobre todo en aquellos que generan divisas, de ahí que siempre hablemos de las exportaciones, del turismo y de las zonas francas. Resulta obvio el hecho de que para alcanzar éxitos en estas áreas debemos planificar, programar, localizar e identificar productos y servicios, y una vez ubicados lanzarnos a luchar con todas nuestras energías para alcanzar distintos objetivos en beneficio del desarrollo económico de todos, con su secuela natural, nuevos empleos, mejoramiento de la balanza de pagos, y mayor recaudación impositiva.

Es incontrovertible que estamos a medio camino en las negociaciones del TLC con los EUA, hasta la fecha hemos tenido avances en nuestro beneficio, digan lo que digan los adversarios del TLC. Reiteramos la realidad de que existen miles de nichos en los mercados de EUA, donde podremos colocar y competir ventajosamente con nuestros productos de exportación, la existencia de estas posibilidades engendrarán innumerables ventajas y exigencias hacia lo interno de nuestros centros de producción, porque tendremos necesariamente que mejorar la calidad, competitividad de los productos y servicios, que elaboraremos y ofreceremos, además de nuestra obligación de construir una cabeza de puente para que grandes industrias de los EUA y el mundo aprovechen

nuestra posición geográfica, que está exactamente en las entrañas del trafico hacia los centros de mayor consumo.

El rol que desempeña la educación en la formación de profesionales, técnicos y obreros calificados, será vital para nuestro futuro, pues los empleos permanentes que se crearán, no solamente necesitarán de la dedicación al trabajo y de la responsabilidad innata de nuestros hombres de labor, sino que será indispensable su superación, mediante la preparación y adiestramiento intensivo, de quienes se tengan que dedicar a la producción de esos bienes y servicios.

El país vive de su trabajo, no de la política. Laboremos con buena voluntad, unidos en un solo propósito, sin permitir que los politiqueros nos destruyan, demos un paso hacia delante y el que no lo ha hecho bien, rechacémosle, y así evitaremos que los desaprensivos que no trabajan dentro de los planes de desarrollo, tengan oportunidad de bloquear el alcance de la paz social y convivencia desarrollista que merecemos.

El índice de desarrollo humano está clasificado por la ONU en orden numérico, conforme a la calidad, entre otros, de los servicios de salud, el grado de educación, y el grado de pobreza de los habitantes que pueblan un país. Hace dos años nuestra posición era el No. 74, en el 2003 nuestra posición fue degradada de tal manera que descendió 18 puestos y estamos en el No. 92, de acuerdo con el informe de dicha institución. Contra esto es que debemos luchar, nuestra responsabilidad es obtener: mejor educación, salud e igualdad de oportunidades para superarnos, exijámoslo.

Nos hemos referido por donde debe ir nuestro camino, respecto al alza de la cuota azucarera en el mercado preferencial de los EUA, pero esto no debe ser limitativo, el esfuerzo a desplegar, las energías a invertir, abarcan a plenitud todo lo relacionado con el desarrollo socio económico, la modernización y el fortalecimiento de los poderes públicos, y recordemos que sin educación y salud no avanzamos, sin justicia no hay igualdad, su avance y mejoramiento deben ser nuestras metas.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas