A lo largo de los meses de junio y julio, el Banco Central ha tomado medidas de política monetaria, flexibilización como titula la prensa, de manera muy oportuna utilizando los instrumentos a su disposición y basándose en datos muy actualizados que reflejan el comportamiento de la economía.
En el año 2016 el Banco Central adoptó el Índice Mensual de Actividad Económica (IMAE), que en su definición más sencilla mide la evolución de la economía, específicamente el valor agregado (valor de la producción menos el consumo intermedio) de los diferentes sectores incluidos en el cálculo de Producto Interno Bruto y en el caso del país se incluyen empresas y sectores que representan aproximadamente el 82% del PIB. El IMAE mide las variaciones reales de la producción y no en términos monetarios, pero como uno de los métodos para medir el PIB es en base al valor agregado, el IMAE permite medir el comportamiento de la economía con una precisión bastante certera frente al cálculo del PIB trimestral.
En un lenguaje llano gracias al IMAE las autoridades del BC pueden saber a los pocos días de concluir cada mes la evolución de la economía y tomar las medidas en caso de que los datos revelen algún cambio en el ciclo económico.
A modo de ejemplo en el periodo enero-marzo el IMAE(los datos se pueden encontrar en la página web del BC) mostró un crecimiento del producto de 5.7%, sin embargo en abril el IMAE mostro una caída a 3.3%, entonces el Gobernador Valdez Albizu sometió ante la Junta Monetaria, que aprobó mediante resolución del 30 de mayo, liberar recursos del encaje legal por un monto de RD$29,209.7 millones y posteriormente en sesión celebrada el 27 de junio se aprobó liberar RD$5,154.9 millones dirigidos a los prestamos interinos para los promotores de viviendas para incentivar la construcción de nuevas unidades; en adición a finales de junio se redujo la Tasa de Política Monetaria(TPM), de 5.5% a 5.0%, medida dirigida a estimular una reducción en las tasas de interés del sistema financiero.
En nuestro artículo de la semana pasada, “Medidas monetarias estimulan crédito sector privado”, presentamos entre otros, un informe del BC donde muestra que al 24 de julio se habían prestado el 36% de los recursos liberados y que mientras en el periodo enero-mayo los préstamos al sector privado en moneda nacional habían alcanzado el monto de RD$18,895.8, sin embargo entre el mes de junio y el 24 de julio se facilitaron créditos por un monto de RD$20,570.3 millones.
En junio el IMAE reveló una caída del crecimiento a 2.6% y se puede decir preliminarmente que el crecimiento enero-junio alcanzó 4.7%, cifra por cierto que no es baja, en una región donde el FMI pronostica que el crecimiento en AL y el Caribe será en promedio de 0.6%, debido a la “implosión” de la economía venezolana y el anémico crecimiento de Brasil, Argentina y México, las tres principales economías de la región. Por esos resultados, actuando proactivamente, el BC en julio redujo 25 puntos básicos en la TPM para llevarla a 4.75%.
Estoy convencido de que el monto de recursos liberados pendiente de desembolsar, más las reducciones en la TPM, que sus efectos por los mecanismos de transmisión tardan en sentirse entre 2-3 meses, unido a que gradualmente se está despejando el panorama político, de seguro en este mes de agosto veremos un repunte en los resultados del IMAE y para el último trimestre va a recuperar el dinamismo del primer trimestre y con toda seguridad la economía crecerá por encima de la meta de 5.5%.