El Banco Central nos sale caro

El Banco Central nos sale caro

La existencia del banco central en un determinado país no es tan solo un tema vinculado al aspecto económico del mismo, sino también a su soberanía, autodeterminación e identidad nacional. La política monetaria descansa en esta institución, por lo que velar por el correcto comportamiento del tipo de cambio, así como todo lo relativo a las distintas tasas de interés existentes en el mercado bancario deben ser parte integral de las funciones de ese organismo.

Aunque se reconoce el delicado rol que está llamado a jugar el Banco Central de la República Dominicana, no podemos dejar de alertar sobre el alto costo pagado por el pueblo para mantener esa estructura burocrática. De hecho, si analizamos los estados de resultados de esa institución notaremos que tan solo por concepto de “servicios personales” en el año 2010 se ejecutó un gasto superior a 3 mil 300 millones de pesos, monto que superó los 3 mil 800 millones en el 2011.  Nos llama profundamente la atención que solo el gasto de personal en el Banco Central sea mayor que el presupuesto total de ministerios como el de turismo, deportes, mujer, juventud, administración pública, economía, cultura, trabajo e industria y comercio. Esta partida del presupuesto del Banco Central es superior a la asignada a la Procuraduría General de la República, a la Junta Central Electoral, al Tribunal Superior Electoral y a la Cámara de Cuentas. La coyuntura actual nos parece propicia para dar inicio a un serio proceso de fiscalización de las cuentas internas de nuestro Banco Central, pues a juzgar por los altos gastos y las altas pensiones que presenta esa entidad, presuponemos que algo puede oler mal en ese lugar.  El clima de austeridad exhibido por el presente gobierno debe cubrir todas las instituciones públicas que lo integran.

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