El Banco Central y lo que dice el pueblo

El Banco Central y lo que dice el pueblo

ANTONIO PEÑA MIRABAL
El informe sobre la marcha de la economía dominicana, por el período enero-septiembre del presente año, dado a conocer por las autoridades del Banco Central, no puede ser mejor, e indica el proceso de recuperación en que se encuentra nuestra economía desde el arribo al gobierno de las actuales autoridades.

A pesar de la bonanza que relata dicho informe, en las calles lo que se escucha es otra cosa. La gente que se queja porque no hay circulante y plantean que a pesar de que las cosas están más baratas no hay dinero para comprarlas. Si la inflación es mucho menor ahora que hace un año, si los artículos de primera necesidad están más baratos ahora que antes, si el costo del dinero es más barato ahora que cuando Hipólito, y si el dólar ahora se cotiza más bajo que cuando gobernó el PPH, ¿a que se debe la queja de la gente en las calles? ¿es que nos gusta a los dominicanos quejarnos de todo? ¿es que la estabilidad macroeconómica no se ha sentido en las clases necesitadas? El gobierno tiene que analizar esto y buscar las explicaciones sobre este comportamiento, de tal manera que el esfuerzo que se ha hecho redunde en bienestar de nuestro pueblo y no solamente sobre unos cuantos que tienen en su poder los medios de producción, y que hoy están más seguros de sus inversiones que antes.

Según el Banco Central la economía dominicana en el período enero-septiembre creció 7.3%, pero en el trimestre julio-septiembre el crecimiento fue de 10.6% lo que representa un incremento mayor del dinamismo de la producción nacional durante esos tres meses. Las primeras actividades económicas que contribuyeron con ese aumento de la economía fueron las siguientes: Agropecuaria 5.2%, Comercio 19.0%, Transporte 7.8%, Comunicaciones 25.4%, Hoteles, Bares y Restaurantes 5.5%. Por su parte las siguientes actividades tuvieron un comportamiento decreciente: Minería -2.8%, Construcción -2.1% y el Gobierno -1.6%. La inflación de los primeros nueve meses del año fue de 6.13%, cifra muy inferior al 31.11% que fue la inflación acumulada a septiembre del 2004, mientras que la inflación anualizada se redujo de 47.89% en 2004 a 4.22% en 2005. La tasa de interés promedio activa de la banca comercial se redujo en dicho período en 10 puntos, lo que significa que por esa vía los costos de producción debieron bajar significativamente. La Balanza de Pagos fue positiva en más de quinientos cincuenta millones de dólares, las reservas internacionales brutas se situaron en mil quinientos cincuenta y siete millones de dólares y las netas en mil doscientos setenta y dos, lo que supera con creces las reservas registradas para la misma fecha del 2004, que a penas eran de US$587 y US$373 millones respectivamente. El patrimonio del sector financiero, bien vapuleado en los cuatro años de gobierno del PPH, experimentó un crecimiento de una 15.9% respecto al anterior.

Si hemos pasado del caos económico donde lo que imperaba era la quiebra bancaria, las altas tasas de intereses que llevó a mucha gente a perder sus casas, de inflación inaguantable que bautizó los pasillos de los supermercados como las casas de terror o muros de lamentaciones, de tasas del dólar alcista, etc., a esta preciosura que describe el Banco Central en su Informe de la Economía Dominicana Enero-Septiembre 2005, ¿cómo es posible que nos estemos quejando tanto? Esa es la parte objetiva de nuestra realidad, y es donde el PLD y su gobierno se manejan con maestría. Lo subjetivo es lo que no se está manejando y es lo que lleva a crear un estado artificial de pesadumbre que es rebatido por las cifras expuestas por el Banco Central.

Al parecer le ha faltado voluntad y capacidad a la mayoría de los funcionarios del gobierno para entender la realidad. Si los indicadores económicos señalan que la situación ahora es más favorable que cuando Hipólito, algo está fallando que la población no lo siente así. “Los peledeístas cuando acceden el poder, en su mayoría, abandonan la gestión social y se envuelven en su nuevo mundo de jeepetas, celulares, restaurantes, queridas, etc.”, es lo que se escucha en la calle. Hay que poner atención a esta situación porque a pesar de que el PLD haga una buena gestión gubernamental, la valoración del pueblo no es esa, por tanto los resultados futuros electorales pueden estar inducidos por esa percepción que hoy tiene la mayoría de nuestro pueblo y que se refleja en los últimos estudios de medición político-social-económico realizados en el país por dos importantes periódicos de circulación nacional.

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