El Banco Central

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LUIS MANUEL PIANTINI
Durante la campaña presidencial norteamericana del año 1992, los demócratas fomentaron la impresión de que la economía de ese país se encontraba estancada. Viviendo en Washington en ese momento, siendo miembro del Directorio Ejecutivo del FMI, y conociendo las cifras que mostraban que la economía norteamericana tenia un crecimiento superior al de las economías europeas, me asombraba de la incapacidad del equipo de campaña del candidato republicano, que a la vez era el Presidente de los Estados Unidos, para contrarrestar una información irreal que estaba calando en los sentimientos de los electores, induciendo expectativas negativas sobre el real comportamiento de esa economía.

Seis meses despues de haber sido derrotado en las urnas el candidato republicano, el gobierno demócrata informaba del repunte de la economía norteamericana, que se había producido precisamente durante el periodo de campaña, último semestre de la administración republicana. A partir de ese periodo, segunda mitad del año 1992, esa economía logró su más dinámico y prolongado período de crecimiento.

El cambio en las expectativas racionales de las personas, cuyos estudios forman parte fundamental de la moderna teoría económica, juega un papel importantísimo influyendo y modificando el comportamiento de las tendencias políticas y económicas de un país. Por eso es que los gobiernos deben de prestar suma atención a los mensajes engañosos que se les puede estar enviando a la sociedad para modificar su comportamiento, especialmente cuando la misma es muy permeable a ser influenciada, debido a crisis económicas recurrentes, por malas políticas públicas que han impactado varias veces a una misma generación.

Se conoce, porque los que estan ahora de ese lado bien lo saben, que una de las debilidades de la campaña política de los partidos de oposición durante las elecciones del año 2000, fue lo tardío de la fecha que escogieron para desacreditar las políticas económicas y principalmente la monetaria, financiera y cambiaria implementada desde el Banco Central por el mismo Gobernador que, por su capacidad técnica, laboriosidad y respeto institucional, hoy se encuentra dirigiendo a esa institución. Al no poder atacar los resultados macroeconómicos, porque tanto la tasa de crecimiento económico como la de la inflación reflejaban comportamientos envidiables para cualquier economía de la región, utilizaron una campaña de descrédito contra sus funcionarios.

Reconociendo su pasado error táctico, ahora han comenzado desde temprano a cuestionar los resultados económicos y a descalificar la capacidad técnica de los que elaboran los datos. Esto, desgraciadamente, es lo malo de ser bueno en este país.

A raíz de la divulgación de los resultados del primer trimestre del año, mostrando un crecimiento económico del 4.3%, se inició una campaña destinada a restarle credibilidad a esos resultados. ¿En que se basó la misma para fomentar la incredulidad en la ciudadanía? Principalmente en el crecimiento negativo del dinero efectivo en poder del publico del 13% en la economía interna; y en la externa, en la presunción de que las exportaciones de zonas francas debieron reducirse y no aumentar, debido a la eliminación de las cuotas de textiles de la China Popular en los mercados de las economías desarrolladas y a la apreciación de la tasa de cambio.

Lo que no dijeron porque no les convenía decirlo a los divulgadores de la campaña de descrédito era que:

1. La caída del dinero en poder del público en el primer trimestre del año es un efecto estacional. O sea, que se origina normalmente en todos los años. Tomando el periodo 1992 al 2005, verificamos que la variación del dinero efectivo en poder del público fue negativa durante el primer trimestre en los 14 años que comprende el periodo, y que este comportamiento negativo fue igual o mayor a 10% en 8 años (-30% en el 2001). Pese a esa disminución, el crecimiento de la economía en esos primeros meses del año no fue afectado. En efecto, de esos 14 años, solo en el 2001 y 2004, el crecimiento económico trimestral fue negativo.

2. Cada vez mas las personas usan menos dinero en efectivo y mas dinero plástico o tarjetas de crédito y debito, por facilidad y precaución, y mas empresas públicas y privadas pagan sus salarios y sueldos mediante transferencias bancarias a las cuentas de los empleados, reduciéndose el efectivo en poder del público, por lo que es cada vez menor la conveniencia de usar esta variable para medir la liquidez en manos del público.

3. Algunos de ellos como buenos economistas saben, que el efecto del comportamiento de los agregados monetarios sobre la economía real tiene un rezago que en nuestro país fluctua entre los 9 y 12 meses, y que la economía en la actualidad se encuentra en un periodo de recuperación, luego del impacto de una profunda crisis financiera.

4. Teniendo informaciones diarias en sus computadoras de la pagina Web del Major Shipping Report, conocían con anticipación que el efecto chino no se había manifestado en el Caribe con la intensidad que se pensó, reduciéndose el volumen y valor exportado en tan solo 2 países, Jamaica y Costa Rica y creciendo en la Republica Dominicana. Esta tendencia continuó durante la primera parte del año, aunque se generó un aumento en el desempleo impactando en el crecimiento del sector, lo cual también demuestra el gran esfuerzo que han realizado las empresas de nuestras zonas francas incrementando sus niveles de productividad, para poder mantenerse en el mercado frente a la agresiva competencia china y

5. La apreciación de la tasa de cambio es un fenómeno que esta ocurriendo actualmente en la mayoría de las economías de América del Sur y de Centroamérica, compensando en parte la posible perdida de competitividad de nuestras exportaciones. El suplemento económico del periódico Hoy del pasado domingo en su página 8 nos informa, sobre las masivas compras de dólares que estan realizando los bancos centrales de la Argentina y Colombia, para evitar una mayor apreciación de sus monedas, y la esterilización de esas compras mediante la colocación de valores públicos.

La pasada semana las Autoridades Monetarias informaron sobre los resultados macroeconómicos del primer semestre del año, creciendo el Producto Interno Bruto (PIB) 5.8%, impulsado por un aumento del 7.2% durante el segundo trimestre. También durante la misma semana conocimos los datos de la tasa de inflación de julio, la cual fue negativa en 1% medida en base anual, como resultado de la aplicación de una responsable política monetaria y fiscal, reduciéndose el financiamiento interno del sector público en RD$17,773.8 millones, en relación al mismo periodo del año anterior.

La drástica caída de la tasa de inflación y la reducción del financiamiento interno del sector publico, han permitido disminuir de manera sustancial la tasa de interés, impactando positivamente en la disminución del déficit cuasifiscal del Banco Central en relación al PIB, pese al crecimiento de los certificados en circulación, monto que alcanzó un valor de RD$ 139.6 mil millones a finales de julio.

Con relación a este tema, sobre el cual se ha fabulado bastante, es importante señalar, porque maliciosamente se obvia este señalamiento, que el aumento de estos certificados se ha debido en su mayor parte a una importante recuperación de las Reservas Internacionales Netas del Banco Central, la mas elevada de su historia, en US$950 millones desde el mes de agosto del 2004, la cual ha redundado a la vez en el fortalecimiento de la moneda nacional. Cuando el Banco Central compra un dólar, evitando una mayor apreciación de la moneda, entrega pesos al vendedor a la tasa de cambio del momento, y para que esos pesos no impacten negativamente los precios, vuelve y los recoge colocando sus certificados en manos de la banca o del público. Por lo que esta emisión monetaria no es inorgánica ya que tiene su respaldo en dólares.

El éxito de esta estrategia en el corto, mediano y largo plazo exige, y es importante recalcarlo para que los políticos se lo aprendan de memoria, exige, del mantenimiento de una estricta disciplina monetaria y fiscal y de su complementación con la entrega al Banco Central de recursos fiscales por un valor anual equivalente al 2% del PIB. Esta escogida estrategia, para la eliminación de los pasivos monetarios del Banco Central, deberá de ser cumplida por este y los sucesivos gobiernos durante los próximos 10 años, si se quiere mantener la confianza y reducir la pobreza, como resultado de un prolongado periodo de estabilidad macroeconómica con crecimiento sostenido. ¿Seremos capaces de lograrlo? Mientras tanto, me sigo aferrando a mi tesis de lo optimo que hubiese sido la dolarización, por nuestra falta de perseverancia y de compromiso institucional con el país.

Los favorables resultados macroeconómicos con el cumplimiento holgado de las metas del programa con el FMI, han provocado reacciones alérgicas por las picadas de avispas de caballo de las cifras, en algunos de los protagonistas de los dos incumplimientos de los programas de los años 2003 y 2004, comenzando de nuevo los mismos círculos a poner en duda dichos resultados, al cuestionar la base anual de cálculo de las cuentas nacionales y su forma de medición.

En cuanto a la base anual han señalado, que por ser del año 1972, esconde los cambios estructurales que han acontecido en nuestra economía principalmente desde el primer lustro de la década de los años noventa, y que es proclive a contener errores en la captación de las informaciones y que por lo tanto los datos carecen de veracidad.

Comparto a plenitud lo relativo a la base anual, ya que realmente es necesario tener más actualizado los cambios que se producen en las fuentes de información, con el fin de agregar subsectores y cambiar el peso en las ponderaciones de acuerdo a las modificaciones en la estructura productiva que se va sucediendo cada vez con mayor rapidez. De todas formas, las actuales autoridades monetarias estan concluyendo con el apoyo técnico del FMI la revisión de las nuevas Cuentas Nacionales con base en el año 1991, para circularlas a principios del 2006, ya que las mismas no habían sido publicadas en el boletín estadístico del Banco Central y se encontraron fallas que había que corregir para darle mayor exactitud a la información.

En cuanto a los errores de los datos en captar la realidad económica, estoy de acuerdo de que en 35 años en esta economía se han producido cambios sustanciales que los datos no estan registrando. Pero también eso sucedía en el periodo 2000-2004 cuando se utilizaba la misma base de cálculo, y los pánfilos protestantes no protestaban.

O sea, que los errores se vienen registrando desde hace años y midiendo las mismas manzanas y no las peras. Pues al comparar manzanas con manzanas se compensan los errores, y aunque el número no sea exacto, se recoge la tendencia que es lo importante en estas economías con mercados subterráneos tan extendidos, donde un reciente estudio realizado por una corporación privada determinó que en el país se evade el 80% del Impuesto sobre la Renta. Y mientras mayor sean sus tasas, mas extendidos serán esos mercados, pues habrá mayores incentivos para la evasión impositiva y menos para instalar nuevas empresas. Algo elemental que no han aprendido de este mundo globalizado nuestros obnubilados políticos y temerosos empresarios, colocando los bueyes detrás de la carreta. Los resultados de estas erradas decisiones nos retrotraerán de nuevo a la época del Situado en su versión moderna de Remesavientes, historia final de nuestro macondo destino.

En los Estados Unidos se esta cuestionando la metodología de calculo de los índice de precios, por las subjetividades que se utilizan al registrar los cambios en los precios que originan las complejidades resultantes de las continuas innovaciones tecnológicas que se introducen en los productos. Por ejemplo, un aparato de televisión específico que se introduce en el mercado con nuevos adelantos puede venderse al mismo precio que el anterior, sin embargo al cuantificarse los avances tecnológicos adicionados, se puede determinar de forma subjetiva, que el costo de este aparato para el consumidor final es inferior al viejo modelo y se registra con un menor precio, afectándose de esta forma la variación en el índice de precios. Sin embargo, yo no he leído el uso de epítetos ni de descalificaciones técnicas en esas discusiones.

La pasada semana se cuestionó como algo realmente inverosímil, el peso en la ponderación del sector de las comunicaciones en las Cuentas Nacionales del país, así como su forma de cálculo de manera de arrojar dudas sobre los resultados del PIB. Lo que no se dice y se oculta, no obstante la vehemencia que se utiliza para demandar transparencia al gobierno, es que este sector ha sido el mas dinámico de la economía durante los últimos 14 años con un crecimiento promedio del 18% anual, tasa que triplicó a la del PIB, y que por tanto entre el año 2000 y el 2004 su ponderación se duplicó alcanzando el 11.4% del PIB, siendo utilizada durante ese periodo la misma metodología de calculo que el del primer semestre del presente año. ¿Entonces porque escandalizarse ahora y no antes? Pues porque ahora, se ha restablecido la confianza y se esta dinamizando la economía, logros que no son convenientes a los intereses políticos de los cuestionadores.

Sin embargo los resultados del sector externo deben de llamar la atención de las autoridades. La activación de la dinámica económica fue una consecuencia del fuerte aumento en el consumo privado, el que impactó para una reducción del 60% en el superávit corriente de la Balanza de Pagos. Esta reducción fue compensada por un flujo positivo de US$ 512 millones en la partida de Errores y Omisiones, flujo que no es recurrente y que ha sido una consecuencia del retorno de los capitales privados por el restablecimiento de la confianza en las ejecutorias públicas. El sostenimiento de este crecimiento solo será posible con la generación de nuevas empresas exportadoras.

Este comportamiento de la cuenta corriente demanda de la aplicación de cautelosas políticas monetarias y fiscales, con el fin de evitar situaciones difíciles en el devenir económico del país, mas aun frente al alza vertiginosa que estan experimentado los precios del petróleo en los mercados internacionales, y el impulso a la propensión a importar que induce una mayor apertura comercial.

Es importante que se comprenda que esta economía no soporta el sostenimiento en el tiempo de un peso de la factura petrolera, que por su tendencia, sobrepasará con creces el valor de los US$ 2,500 millones durante el presente año, duplicando el del pasado año, valor que unido al pago del servicio de la deuda externa representaría alrededor del 40% de nuestros ingresos de exportaciones y transferencias netas, sin la generación de nuevas fuentes de ingresos externos que tardan en ser creadas, y esto, si su rentabilidad fuese mayor a la de los otros mercados.

El comportamiento creciente del volumen importado de petróleo y sus derivados es una demostración de que la demanda es inelástica a los aumentos de precios, por lo que las autoridades nacionales tendrán que implementar, con la urgencia que requiere esta emergencia nacional, otras medidas destinadas a provocar una drástica disminución en su consumo, o en su ausencia, un mayor esfuerzo de ahorro en el área fiscal.

No emulemos a los Amish, cristianos ortodoxos de Pennsylvania que se transportan en quitrines, pero tampoco a los petroleros dispendiadores de nuestros escasos recursos.

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