El Banco Mundial mantiene el pronóstico de que nuestra economía crece 5.1% en 2024, entre las que mayor ritmo exhibirá en América Latina y el Caribe, la Región apenas crecerá 1.6%, la tasa más baja respecto a las demás regiones del mundo, por los bajos niveles de inversión y consumo interno.
Sabemos que el crecimiento de nuestro PIB real perdió impulso en 2023 por caída del aporte de la demanda interna, no compensada por el sector exterior neto, fue lo contrario, resto en buena medida por debilitamiento del comercio mundial que registró tasa negativa de -1.3% tras aumentar 2.7% en 2022.
El pasado año, nuestras exportaciones de bienes desaceleraron -6.0% a precios corrientes y -4.3% en volumen por los precios, retrocedieron-1.7%. Las importaciones de bienes se contrajeron más, -7.3%, a precios corrientes, pero no así en volumen, se redujeron-3.1%, por los precios (excluyendo combustibles) que retrocedieron -4.2%. Como en el país no se publica con regularidad, hace falta, un índice de precios unitarios de las importaciones y exportaciones, para este ejercicio usé el índice de precios de la OMC para el tercer trimestre 2023.
Debido al mayor debilitamiento en volumen (-4.3%) de las exportaciones de bienes respecto al importado (-3.1%), de -1.2 puntos porcentuales fue la contribución negativa del sector exterior neto, y la demanda interna aportó 3.6 puntos porcentuales, ambos al crecimiento del PIB real de 2.4% en 2023. Como los precios (deflactor del PIB) aumentaron 6.4%, el avance del PIB a precios corrientes fue 8.8% en 2023.
Aunque para este año se espera un mayor aporte de la demanda interna paraque acelere el ritmo del PIB real con creación de empleos, está en aumento el riesgo de que el descuento del sector exterior neto supere el de 2023, lo digo por el alza que exhibe el petróleo por recortes de oferta de la OPEP y tensión geopolítica desde que Israel atacó el consulado de Irán en Damasco, el pasado viernes crudo WTI, de referencia en el país, aumentó hasta US$85,66, mucho más que el precio medio de US$68.85 que pagamos en 2023.
Lo recomendable es, por un lado, seguir apoyando la demanda interna para que acelere, como lo ha estado haciendo Banco Central manteniendo sin cambio la tasa de política monetaria, y el gobierno, ejecutando la inversión pública presupuestada, de hecho, explica, en buena medida porqué la economía registró expansión interanual de 6.2 % en febrero de 2024, acumulando un crecimiento promedio de 5.4 % en los primeros dos meses del año.
Y, por otro lado, asegurarse de mantener el ciclo ascendente de inversión empresas privadas y del flujo de inversión extranjera directa en hoteles y alojamiento, energías renovables, manufactura, telecomunicaciones, energía, financiero y otros sectores, se estima este año superará los US4,381 millones de 2023.
Finalizo esta nota refiriéndome brevemente a otro comentario que escribió el Banco Mundial, que República Dominicana es uno de los pocos países en América Latina que ha visto tasas consistentes de crecimiento de la productividad en la última década, lo que no pasa en otros países de la Región. Por razones de espacio solo cito que la productividad aparente del trabajo, medida por el PIB en dólares estadounidenses sobre el volumen personas ocupadas, se duplicó en 2022 y 2023 (41.4% y 40.5%, respectivamente) con respecto a 2021 (21.4%).