El basural Yaque del Norte

El basural Yaque del Norte

El afamado compositor y cantante de sus canciones, Juan Lockward, no hubiese podido componer su insuperable Santiago cuando le cantaba al río Yaque que circundaba a la ciudad con un cinturón, debido a que de haber visto sus condiciones, después de las crecientes del mes pasado, se hubiese deprimido al ver la enorme cantidad de basura que cubre el lecho del río.

Las aguas liberadas de las presa de Tavera y de Bao arrastraron a su paso toda la basura acumulada en las orillas del río, y desde la toma del canal de Yaque del Norte, frente a La Otra Banda, solo se contempla un enorme depósito de desperdicios que afean todo el paseo de la avenida de Circunvalación, más allá de Rafey, con lo que tarde o temprano las autoridades tendrán que hacer algo para solucionar ese contaminante foco, productor de enfermedades.

El lecho del basural del Yaque del Norte, perdón, del río, tiene no solo arena y cieno arrastrado por la aguas indomables, y también basura, que ahora se encuentra expuesta a que los rayos del sol, la irán descomponiendo, provocando no solo malos olores en toda esa zona de Santiago y aguas abajo de la ciudad, sino que se generarán las plagas que siempre nos afectan de enfermedades respiratorias y gastrointestinales.

Las autoridades deben hacerle frente a esta situación, que es grave de por si. Ahora han sido desbordados por las crecientes del río del mes pasado y por las ocurridas recientemente debido a la tormenta Odette. Tendrán que preparar una labor de limpieza de gran envergadura y que demandará de muchos recursos para que el lecho del río vuelva a estar limpio de inmundicias que ahora lo cubren por completo.

La existencia de tanta basura en el lecho del río amerita que se realice un inventario a todo lo largo del recorrido del río, desde el contra embalse de López, para evaluar cual de esos focos de tanta acumulación de desperdicios deben atacarse para reducirlos a niveles que no ocasionen perjuicios a las poblaciones distribuidas a lo largo del Yaque. Muchos de esos asentamientos humanos, muchos ilegales, son los responsables de que el río sea un basural al establecerse a sus orillas sin permiso. Las autoridades aceptan esos asentamientos a nombre del populismo, y por temerle a los padres de familia por las complacencias políticas de cada gobierno y del partido oficial reinante en esos momentos de tragedias nacionales. Luego, las autoridades, tienen que lamentar las victimas de tales desbordamientos del río y buscarle refugio a millares de pobres, muchos de los cuales viven toda su existencia en barracones, que sería lo menos malo, ya que desgraciadamente retornan a sus peligrosos enclaves a orillas del río, bajo la excusa de que no tienen donde vivir. Ellos no piensan en los peligros que enfrentarían de un río, que si bien está domado por las dos presas, podría en cualquier momento desatarse y mostrar su enorme fortaleza destructora.

La importancia de Santiago, no es solo para que los poetas, compositores o escritores, ensalcen sus bellezas, y de lo que fueran las aguas cristalinas de su río, sino que es el motor esencial de la vida económica del cristalinas de su río, sino que es el motor esencial de la vida económica del país, tal como lo demuestran sus acciones empresariales y comunitarias, en donde el Centro León se han convertido en un hito generoso y hermoso que marcará a la ciudad para que tengan un halagador futuro turístico. Esto solo sería con un río Yaque limpio, y no que sea un basural como lo es ahora.

Considero que los santiagueros se deprimen cuando ven el río en sus condiciones actuales. Ya se habían acostumbrados a verlo casi sin agua, por estar represadas en las presas, pero con tanta basura, como la que cubre su lecho, es inadmisible cuando se lucha para que Santiago, ya con su funcional y exitoso aeropuerto internacional, ocupe un espacio en los atractivos nacionales para el turismo para que no solo sea un recorrido por el monumento a los Héroes de la Restauración o la visita a una fábrica de cigarros, tan populares en Cuba para los recorridos del turista en la isla hermana, sino que es necesario recuperar la tradicional y legendaria limpieza de Santiago, para que lo mantenga como uno de sus blasones municipales de siempre, ahora malamente perturbado por tanta suciedad en el lecho del río que circunda a la ciudad como un cinturón.

La natural indolencia de las autoridades, para hacerle frente a los problemas nacionales, debe ser dejado de lado para que se enfrente no solo un problema de estética y del paisaje destruido por la basura, sino que por razones de salud se debe ir en ayuda de limpiar el lecho del río de manera que se eviten enfermedades peligrosas para la población.

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