“El Basurero del Caribe”

“El Basurero del Caribe”

Manuel Cruz

Todo el que escucha el título de este artículo a priori, interpreta que se trata de la descripción pormenorizada del desastre medioambiental conocido como la Isla del Plástico del Caribe; pivote geográfico localizado entre las costas de Guatemala y Honduras. Sin embargo, muy lejos de esa realidad se trata de la exposición de otro antiquísimo basurero ubicado en la parte oriental de la isla La Española.

Dicha concepción, aunque parezca exagerada encaja a la perfección en un país donde cualquier antisocial es recibido como huésped distinguido, donde la dignidad es una virtud y, donde la vergüenza es una utopía.     

Duquesa del Nuevo Mundo.

La desgracia moral de este retrete al que de manera anómala llamamos Estado; comenzó desde el mismo 5 de diciembre de 1492 día en que llegaron Cristóbal Ladrón y sus correligionarios. Desde entonces, son muchas las basuras que han desfilado por la primada de América.

Algunos de ellos, para robarnos, invadirnos, esconderse, delinquir o para vivir; convirtiéndonos así en el vertedero del Caribe. Dentro de esa proliferación de ratas están: El corsario inglés Francis Drake, los ex embajadores de EE.UU. W. Tapley Bennett y Hans Hertell, el padre Wojciech Gil y el ex nuncio Józef Wesolowski, etc.       

Asimismo, República Dominicana por su ubicación geográfica, por la carencia de una soberanía moral, la connivencia estructural del Estado, la vorágine institucional y la basurización de gran parte de la dirigencia política del país, son los elementos que han contribuido a convertirnos en un resort de 5 estrellas para cochambre sociales; buscados o desechados en otros países donde impera un mínimo de decencia institucional. Con el agravante, de compartir la isla con una jungla llamada Haití y, tener frontera con la costa norte de América del Sur donde se produce la mayor cantidad de drogas del mundo entero.

Paraíso para Bazofias.

Entristece y lacera el alma decirlo, pero, así como Jamaica, Bermuda, Islas Vírgenes, Bahamas, Turcas y Caicos, Anguila, Antigua y Barbuda, Aruba, Barbados, Dominica, Macao, Brunei, Caimán, Salomón, San Marino y muchos otros; se han constituido en paraísos fiscales de desfalcadores, narcotraficantes, terroristas y gánsteres de la política, de igual forma República Dominicana se ha establecido como el vertedero donde han venido a reposar y, a disfrutar sus riquezas muchas de esas mismas bazofias. Asimismo, muchos han venido a seguir delinquiendo con la omisión o la complicidad de las autoridades.

En virtud de ello, en el país conjuntamente con los comistrajos autóctonos como Santana, Báez, Lilis, Vásquez, Trujillo, Balaguer y otros; también han desfilado y hemos recibido con los brazos abiertos a ignominias tan execrables de la estirpe putrefacta de: Machado y Batista dictadores cubanos, Rojas Pinilla dictador colombiano, Pérez Jiménez dictador venezolano y Juan Domingo Perón dictador argentino.

Cual, si fuera poco, también recibimos a los narcos y mafiosos internacionales Arturo del Tiempo, los hermanos Benítez y Figueroa Agosto. Y, a los terroristas franceses Hayat Boumeddiene y Amedy Coulibaly.  

El Peligro del Concepto Seguridad Nacional.

En el año 2001 dos gigantes de la categoría intelectual de Noam Chomsky y Fidel Castro; coincidieron en señalar que, “el peligro más grande para toda la humanidad lo representaba escuchar las palabras seguridad nacional”. En efecto, esto significa como ambos señalaron que EE.UU. hará sus necesidades fisiológicas encima del cualquier país. Fruto de ello, recientemente nos hemos visto inmerso en uno de los acostumbrados escándalos que consternan a todos, con la recepción de uno de los pejes más grande del narcotráfico llamado el Cowboy de la droga; quien acaba de purgar una condena de 20 años.

De igual forma, no conforme con entregarle la residencia dominicana a un individuo de baja estofa, bajo un supuesto acuerdo que fue desmentido por EE.UU., se ha querido justificar el hecho con la retórica de la seguridad nacional; concepción que solo ha servido para justificar, legitimar y ocultar la falta de transparencia y toda la inmundicia de las potencias.

Y, hasta donde sabemos República Dominicana ¡no llega ni a país! Recibir con los brazos abiertos a Gustavo Falcón quien afirma que iba matar al Fidel que arriesgó su vida por nosotros; pone en evidencia que aun en el siglo XXI, seguimos siendo el vertedero del Caribe.

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