El BCE estima que habrá flexibilización de tasas

El BCE estima que habrá flexibilización de tasas

Tomas Hirst

En momentos en que el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, insinúa que el mes que viene habrá más flexibilización del banco central, los mercados se afanan por dilucidar si la próxima medida será bajar aún más las tasas de interés a territorio negativo o intensificar las compras de activos. O quizá ambas cosas.

Los términos del programa de flexibilización cuantitativa, o QE, del BCE significan que teóricamente tiene un universo fijo de activos para comprar –límite que podría alcanzarse antes del plazo previsto de septiembre de 2016 si el banco incrementa de manera considerable sus compras.

Conforme al ritmo actual de 60.000 millones de euros (US$65.000 millones) por mes, el BCE debería ser más que capaz de comprar los 893.000 millones de euros de bonos de organismos públicos y gobiernos con rendimientos superiores a la tasa de depósito planeada hasta el próximo septiembre.

Sin embargo, si el ritmo de compra se acelera, podría estar cerca de quedarse sin activos disponibles, según el economista de Bloomberg Intelligence David Powell.

En cambio, dijo, el BCE podría rebajar la tasa para depósitos para ampliar el universo de activos invertibles y también incrementar significativamente las compras de QE.

“BI Economics calcula que una caída del rendimiento de los bonos de 25 puntos básicos en toda la curva reduciría el universo de bonos a 1,3 billones de euros”, explicó. “En ese caso, sería necesaria una rebaja de la tasa para depósitos para implementar compras de activos de 90.000 millones de euros mucho más allá de septiembre de 2016: el total hasta septiembre sería de aproximadamente 1,2 billones de euros de compras totales de bonos de organismos públicos y gobiernos”.

Problemas del plan. En lugar de recurrir a una rebaja de tasas para liberar activos, el BCE podría simplemente modificar el mix de compras e incluir deuda de organismos públicos, deuda de empresas e incluso deuda de otros países. En diciembre del año pasado, Draghi abordó directamente la cuestión de los activos que reunían los requisitos necesarios conforme al programa de QE del BCE.

Cuando le preguntaron si el directorio había evaluado comprar oro y bonos del Tesoro de los EE.UU., respondió: “Con respecto a qué tipo de activos deberían incluirse en la QE, mi impresión y mi recuerdo es que hablamos de todos los activos salvo el oro”.

En otras palabras, la escasez de activos no debería ser un problema. Sin embargo, bajar la tasa para depósitos sí podría serlo.

Como argumentó hace poco Pictet en una sesión de preguntas y respuestas:

“Con una liquidez excedente de 500.000 millones de euros, una tasa negativa de -0,20 por ciento representa un impuesto de 1.000 millones de euros anuales al sistema bancario, y una rebaja de tasa de 10 puntos básicos agregaría un costo adicional de 500 millones de euros. Suponiendo que la liquidez excedente se elevara hacia 1 billón de euros conforme avance la QE, una rebaja de la tasa para depósitos de -0,30 representaría un ‘impuesto’ anual de 3.000 millones de euros”.

Dado que ya se la ha fijado en -0,2 por ciento, otra rebaja reduciría los márgenes de ganancia de los bancos europeos y podría plantear riesgos para la estabilidad financiera.

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