No resulta tan curioso que a este pequeño le guste el hip-hop porque está claro que esos ritmos lo escucha mucho.
Lo más sorprendente, precisa el sitio “que”, es el grado de coordinación que puede conseguir un pequeño de tan poco tiempo.
Patalea, gira sobre sí mismo, aplaude grita y disfruta. Este “enano” tiene metido el ritmo en el cuerpo.